Sentado en su oficina de Midtown, en Manhattan, Andrés Linares cuenta, foto por foto, la historia de su vida. Ahora mismo tiene 27 años y completa tres desde que se convirtió, sin buscarlo, en el fotógrafo in house de la prestigiosa casa de modas Oscar de la Renta.

Pero, de eso hablará después. Ahora sus recuerdos lo llevan hasta 2014 y se ve a sí mismo recién graduado del colegio Los Alcaparros, en Bogotá, donde su vida giraba alrededor del fútbol. Jugaba todo el tiempo y no descartaba hacerlo de manera profesional. Incluso, probó suerte en varios equipos. Y así estaban las cosas, hasta que pronto entendió que el mejor camino era aplicar a una beca en Estados Unidos, para seguir jugando mientras sacaba adelante una carrera.

Lo logró en Seton Hall, New Jersey, donde comenzó estudios en Sports Management. Pero, en cuestión de meses, las clases de negocios y contabilidad lo aburrieron sin remedio. “Yo quería morirme”, se le escucha decir a este bogotano, entre risas, al otro lado de la línea.

El trabajo de Linares ha sido publicado en The New York Times y Vogue, entre otros medios. | Foto: Foto: Andrés Linares

Eran días en los que andaba con una pequeña cámara al hombro retratando las calles de Nueva York, por puro gusto y curiosidad. A veces tomaba cursos gratuitos que ofrecía la ciudad en la que reconocidos maestros de la imagen la recorrían y revelaban las técnicas del oficio.

Gracias a eso descubrió que dos de sus mejores amigos también estaban en La Gran Manzana intentando abrirse camino en el cine y la fotografía: Pedro Santos y Tomás Vallejo. “Les pedía que me enseñaran cosas técnicas y también de composición. Y me fui enganchando más con la fotografía. Hasta que, en un momento, sentí que eso era realmente lo que quería hacer con mi vida”.

Con audacia y algo de suerte, convenció después a todos de cambiarse de carrera en la misma universidad y no perder su beca, y comenzó a estudiar Diseño Gráfico, mientras alimentaba su pasión por capturar imágenes.

Y no pasó mucho tiempo antes de que comenzara a tomar fotos del equipo de fútbol de la universidad. Entrenamientos y partidos. Y todos quedaban tan fascinados que las compartían, felices, en sus perfiles de Instagram. “Pronto gané fama por mis fotos –dice Andrés–. Me comenzaban a seguir en redes y recomendaban mi trabajo. Por eso, después terminé tomando fotos también del equipo de baloncesto y como fotógrafo en un estadio profesional. Era increíble cómo esas fotos que tomaba por gusto terminaban siendo del agrado de tanta gente... La adrenalina de los likes”.

James Rodríguez en un partido amistoso de la selección en Estados Unidos. Una de las fotos favoritas de Linares. | Foto: Foto: Andrés Linares

Para Andrés, el secreto estaba en que, al ser él mismo también un deportista, entendía mejor que nadie las emociones que conlleva cada juego. “Me ponía en el lugar de los jugadores y sabía cómo quería verse cada uno, qué querían reflejar”, cuenta, y advertía con sorpresa cómo sus fotos no dejaban de compartirse en redes y cada vez más jugadores lo buscaban para pasar por su lente.

Ya para entonces hacía un trabajo meticuloso como fotógrafo: “Tomaba 600 y escogía las 15 mejores y me tomaba el tiempo de editarlas, sin afán, para capturar la esencia de lo que había logrado con mi cámara. No tenía la presión de lo inmediato, así que me esforzaba por dejar la mejor versión”.

En sus ratos libres, perfeccionaba su técnica y salía a las calles con su cámara, y su novia Madison Kotch Linares (hoy día su esposa) como modelo. “Pero, hasta ese momento, la moda para mí no pasaba de las marcas de siempre: Gucci, Yves Saint Laurent, Chanel”, dice Andrés.

Oscar de la Renta | Foto: Foto: Andrés Linares

Tras graduarse de Seton Hall, hizo pasantías en RSVLTS, una agencia de marketing donde al cabo de unos años se retiró convertido en director de arte junior. “La empresa se fue transformando en una compañía que hacía camisas licenciadas de diferentes películas y series. Trabajábamos con Disney, Nickelodeon. Fue una gran oportunidad para mí”, reconoce Andrés ahora.

En ese momento, 2018, con una carrera y una maestría a cuestas, se replanteó regresar a Colombia. “Tenía dos opciones: devolverme o aplicar a una maestría para extender la visa de estudio y seguirme preparando”.

Apostó por lo segundo: comenzó a estudiar Communication Design en el Pratt Institute. Estando en esas, terminó haciendo otra pasantía, esta vez en el equipo Red Bull de Nueva York, de cuyo estadio vivía a solo dos cuadras. Tomaba fotos en los partidos, en las canchas, en los camerinos. Y, al tiempo, lograba también fotos para medios internacionales especializados, como Copa 90, Rabona Magazine y SoccerBible.

“Gracias a eso pude cubrir partidos amistosos de grandes equipos como Juventus, Benfica, Fiorentina, Atlético de Madrid, Real Madrid y las selecciones femeninas de Estados Unidos, Inglaterra y España”, dice.

El día en que todo cambió

Una de las grandes oportunidades de su vida profesional se dio en 2019, en el amistoso que jugaron Colombia y Argentina en el estadio MetLife de Nueva York. Era ya la albiceleste de Lionel Scaloni, que justo en ese encuentro se estrenaba como técnico, y también una Argentina sin Messi. “Tomé las fotos para los jugadores de ambos equipos. Y tuve la suerte de llegar hasta los representantes de varios, a quienes les compartía las imágenes que logré en ese partido”.

Se trataba de futbolistas como Falcao García, James Rodríguez, Juan Guillermo Cuadrado y Davinson Sánchez, que no dudaron en publicarlas en sus redes. “Al día siguiente del partido, Falcao, por ejemplo, la compartió en su Instagram y en menos de 10 minutos me aumentaron 900 seguidores. Paulo Dybala, a quien le había tomado una foto con la camiseta de Colombia, igual. Fue así como se comenzó a reconocer mi trabajo. Fue increíble”.

Tras el de Argentina, la tricolor sostuvo otros dos amistosos con Ecuador y Costa Rica. En uno de esos partidos, Andrés Linares congeló el preciso momento en que el Cucho Hernández debutaba con gol. El jugador, por supuesto, la compartió en su Instagram y al día siguiente se convirtió en la portada del diario El Tiempo. “Fue tan importante para él (Hernández) que se terminó tatuando la foto en una pierna cuando jugaba en el Getafe de España. Eso ha sido inolvidable para los dos”, dice Linares.

Oscar de la Renta | Foto: Foto: Andrés Linares

Desde entonces, se ha convertido en uno de los fotógrafos favoritos de los jugadores de la selección Colombia.

Buscando mejorar aún más su perfil profesional, el fotógrafo colombiano siguió tocando puertas. “Ya sabía que me gustaban los deportes y la moda. Busqué en Adidas, Oscar de la Renta y otras partes, y al final me llamaron desde la oficina del diseñador para una pasantía en el verano, y acepté. Al mes siguiente comenzó la pandemia y todos a encerrarnos en las casas. No sabía qué iba a pasar, pero luego me escribieron para contarme que la marca estaba preparando una nueva colección. Con todos los cuidados del caso, me fui a las oficinas y comencé a trabajar con dos modelos de talla y los directores creativos Laura Kim y Fernando García. Nueve horas seguidas tomando fotos. Desde entonces, no he parado”, relata Linares.

Hoy, cree que la suya ha sido una mezcla de talento y suerte. “El mercado de la fotografía de moda es muy competitivo. En Nueva York no solo hay muchos fotógrafos de moda sino muy buenos. Y yo no tenía tradición ni como modelo o diseñador. Pero, creo que toda la experiencia que acumulé en la fotografía deportiva, que me implicaba ser muy dinámico, me sirvió para la de moda”.

De ahí que haya tenido frente a su lente a famosas como Billie Eilish, Paris Hilton, Katy Perry, Kaia Gerber, y supermodelos como Irina Shayk, Candice Swanopel, Inman Hamman y Taylor Hill. Y su trabajo ha sido publicado en The New York Times y Vogue, entre otros medios.

“En mi transición al mundo de la moda ha habido tres colombianos que me han ayudado de una forma gigante y me han enseñado mucho, que son Andrés Oyuela, Emmanuel Monsalve y César Buitrago”, confiesa el bogotano.

Hoy Andrés cree que en su vida ha tenido oportunidades para demostrar que la moda, antes que frivolidad, es arte: “En esta fotografía cada detalle cuenta, que la luz sea perfecta, que se vea limpia, que no tenga ruido visual. Y con Oscar de la Renta, una marca que en sí misma significa elegancia, ha sido un privilegio ver cómo se cuida cada detalle, desde que se dibuja en el atelier, se buscan las telas y se hacen los patrones hasta que se confeccionan los vestidos a mano”.

Por eso, no duda en afirmar que la fotografía, para él, “es una forma de felicidad”.