La anemia es una afección en la que el organismo no tiene una cantidad suficiente de glóbulos rojos sanos. Estos son los encargados de transportar el oxígeno a todo el cuerpo. La enfermedad puede ser leve, sin embargo, en algunos casos puede ser grave si no se realiza un tratamiento oportunamente.

Según explica MedlinePlus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, las posibles causas de la anemia son:

  • Deficiencia de hierro
  • Deficiencia de vitamina B12
  • Deficiencia de folato
  • Ciertos medicamentos
  • Destrucción de los glóbulos rojos antes de lo normal (lo cual puede ser causado por problemas con el sistema inmunitario)
  • Enfermedades prolongadas (crónicas), como enfermedad renal crónica, cáncer, colitis ulcerativa o artritis reumatoidea
  • Algunas formas de anemia, como la talasemia o anemia drepanocítica, que pueden ser hereditarias.
  • Embarazo.
  • Problemas con la médula ósea, como linfoma, leucemia, mielodisplasia, mieloma múltiple o anemia aplásica.
  • Pérdida lenta de sangre (por ejemplo, por períodos menstruales intensos o úlceras estomacales).
  • Pérdida súbita de mucha sangre.

Los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos explican que una de las causas comunes de anemia por déficit de hierro es la pérdida de sangre. Esto puede ocurrir por una lesión, de un parto o una cirugía.” Las mujeres en edad fértil corren riesgo de sufrir anemia por deficiencia de hierro debido a la pérdida de sangre por la menstruación”.

Es importante consultar regularmente al médico para verificar si no se padece de anemia u otras afecciones de salud. Hay muchas personas que la tienen y no se dan cuenta, ya que los síntomas son leves o no presentan alguno.

Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, menciona los que pueden incluir:

  • Fatiga.
  • Debilidad.
  • Piel pálida o amarillenta.
  • Latidos del corazón irregulares.
  • Dificultad para respirar.
  • Mareos o aturdimiento.
  • Dolor en el pecho.
  • Manos y pies fríos.

La anemia por déficit de hierro es el tipo más común. “Las mejores fuentes de hierro son las carnes rojas (especialmente la carne de res y el hígado), la carne de ave, el pescado y los mariscos. Otros alimentos ricos en hierro son los guisantes, las lentejas, los frijoles, el tofu, los vegetales de hojas verdes como la espinaca, las frutas secas como las ciruelas y las pasas, y los cereales y panes fortificados con hierro”, señalan los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.

El portal especializado en salud Healthline también destaca los alimentos ricos en hierro que pueden ayudar a prevenir la anemia:

  1. Mariscos.
  1. Espinacas.
  1. Carne de hígado.
  1. Legumbres
  1. Carne roja.
  1. Semillas de calabaza.
  1. Quinoa.
  1. Pavo.
  1. Brócoli.
  1. Tofu.

Tipos de anemia

  • Anemia por deficiencia de hierro: es la más común y ocurre porque no hay suficiente hierro en el cuerpo, el cual es importante para la producción de hemoglobina. Este tipo de anemia puede ser provocada por pérdida de sangre, como en la menstruación, una úlcera en el estómago, cáncer el intestino grueso o consumo de analgésicos, prescripción médica.
  • Anemia por deficiencia de vitaminas: además del hierro, para la producción de glóbulos rojos es necesario el folato y la vitamina B-12. “Una dieta que carezca de estos y otros nutrientes clave puede causar una disminución en la producción de glóbulos rojos”, detalla la entidad.
  • Anemia de inflamación: algunas enfermedades como el cáncer, el VIH, la artritis rematoide, la enfermedad renal, la enfermedad de Crohn, y otras enfermedades inflamatorias agudas crónicas pueden influir negativamente en la producción de glóbulos rojos.
  • Anemia aplásica: algunos medicamentos, infecciones, enfermedades autoinmunes y exposición a sustancias tóxicas pueden provocar que el cuerpo no produzca suficientes glóbulos rojos.
  • Anemia relacionada con la enfermedad de médula ósea: algunas enfermedades como la leucemia y la mielofibrosis pueden provocar anemia.
  • Anemias hemolíticas: ocurre cuando los glóbulos rojos se destruyen a una velocidad más acelerada de la que la médula ósea puede reemplazarlos.
  • Anemia de células falciformes: la casa una forma defectuosa de hemoglobina, la cual obliga a los glóbulos rojos a adoptar una forma anormal.