Los seres humanos deberían sentirse afortunados de su evolución; hoy día, este grupo poblacional vive muchos años más que otras especies y esos años van en aumento, gracias a que se esta promoviendo una dieta saludable y equilibrada que contenga proteínas, carbohidratos en su estado natural, muchas frutas y verduras. Además, los avances de la medicina y la salud pública han hecho posible ese suceso.
Sin embargo, aun se están investigando curas para vencer las enfermedades asociadas a la edad. El medio de salud y cuidado personal, Grandes Medios, reseña que las tasas de osteoartritis se han duplicado desde mediados del siglo XX. En los países desarrollados las enfermedades cardiovasculares causan anualmente miles de fallecimientos.
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) “en el mundo, las enfermedades cardiovasculares son las más mortíferas del mundo, ya que anualmente cobran 17,3 millones de vidas. Se estima que para 2030 casi 23.6 millones de personas pueden morir por una de estas afecciones”. El mundo animal puede ser un un buen recurso para estudiar nuevas formas de tratar y prevenir ciertos tipos de enfermedades; sin embargo, se trata de un objetivo lejano.
Los chimpancés y las enfermedades cardiovasculares
Con el paso de los años, la constitución genética de los seres humanos se ha ido modificando, lo que ha expuesto al organismo a aumentar el riesgo de sufrir de una obstrucción arterial y a esto se le suma el aumento de consumo de carne roja y otros productos procesados que aumentan la probabilidad de padecer una enfermedad cardiovascular.
El medio menciona que un estudio reveló que la pérdida de un gen específico fue el causante de aumentar el riesgo de padecer enfermedades relacionadas con el corazón. Este aumento se evidenció más en seres humanos que en otras especies, entre ellos, los chimpancés. “El estudio también mostró que, modificando genéticamente ratones para que tuvieran la misma mutación genética que los seres humanos, su riesgo de sufrir un infarto era el doble que el de los ratones normales”.
Los canguros y la osteoartritis
Hay algunos detonantes de la osteoartritis como la obesidad, las malas posturas y una alineación articular deficiente. Algunos animales carnívoros y primates tienen problemas articulares similares a los de los seres humanos; entre ellos, los grandes simios.
Por otra parte, los canguros saltan a gran velocidad sin sufrir ningún tipo de afectación e incluso lo hacen en medio de su avanzada edad. “Una singular estructura cartilaginosa en las rodillas les permite resistir la fuerza de repetidas flexiones y el impacto del suelo”. Conocer las capacidades de los canguros puede ayudar a mejorar los materiales empleados en los implantes de rodilla para seres humanos.
La cebras y las úlceras
El estrés que los seres humanos viven a diario y que con el tiempo se puede llegar a tornar crónico, puede tener repercusiones en la salud física y uno de esos detonantes puede ser la presencia de úlceras en el estómago. La cebras padecen estrés durante períodos más cortos y en momentos específicos: cuando buscan comida o huyen de sus depredadores, pero, luego no suelen experimentar períodos de estrés por más tiempo.
Alguno estudios han revelado que cuando las ratas son expuestas a períodos de estrés largos pueden presentar úlceras similares a las que padecen los humanos. Lo que podría indicar que el estilo de vida moderno es nocivo para la salud mental de la humanidad.