La película Annabelle, en los cines colombianos desde el pasado 2 de octubre, narra la historia de una muñeca de porcelana que oculta un secreto siniestro, en un proyecto nacido del éxito de horror The Conjuring (2013), de Warner Bros. Ambientada en la California de los setentas, la cinta dirigida por John Leonetti presenta a Mia y John, una joven pareja de recién casados interpretados por Annabelle Wallis y Ward Horton, quienes se asientan en una pequeña casa en Santa Mónica. Poco después de quedar embarazada, Mia recibe a Annabelle como regalo de su marido para su creciente colección de muñecas. Sin embargo, después de ser víctima de un ataque en su casa, la pareja se muda, pero cosas extrañas comienzan a suceder cuando algo oscuro los sigue y persigue a su hija. “Se recreó en los años setentas, un momento en que las películas de este género eran respetadas”, dice Wallis. “Creo que el elemento de verdad y que se derive de acontecimientos reales… creas o no en lo oculto, se documentó con cosas que pasaron”. Yahoo! Movies habló con Lorraine Warren, la ‘médium’ que ‘contactó’ a Annabelle décadas atrás. Según Connecticut Magazine, los Warren son famosos por investigar lo paranormal y han estudiado acontecimientos representados en varias películas de horror.

Lorraine Warren sostiene a la Annabelle original. Foto: Warrens.net. Lorraine supo de Annabelle en los setentas, al ser contactada por dos estudiantes de enfermería y su amigo. Los jóvenes afirmaron que eran perseguidos por una muñeca poseída que, misteriosamente, deambulaba por su apartamento. También decían que, según un psíquico, el espíritu de una joven llamada Annabelle era el responsable de esta versión aterradora de Toy Story. La historia también narra que la muñeca escribía mensajes pidiendo ayuda con la letra de niño en papel de pergamino que dejaba en diferentes sitios de la casa, aunque las jóvenes que vivían allí no tenían este material. Las cosas, dice Lorraine, se volvieron más extrañas cuando Annabelle empezó a sangrar. Lorraine y su esposo, Ed, no estuvieron de acuerdo con la teoría del psíquico, pero creían que la muñeca sí estaba poseída por un espíritu demoníaco. Según Warren, el director de El conjuro decidió cambiar la apariencia de la muñeca de trapo por tratarse de una marca registrada. Pero la mujer asegura que le gusta la muñeca espeluznante y se alegra de que la película no haga que las muñecas de trapo espanten a los niños. Pero los jóvenes se dieron cuenta de que la muñeca de trapo era peligrosa cuando trató de estrangular a su amigo Lou mientras este dormía, dice Lorraine: “Pensó que estaba teniendo una pesadilla, pero se despertó con marcas de garras en el pecho”. Los Warren concluyeron que “un espíritu demoníaco no humano” estaba dentro de la muñeca y buscaba una persona para hospedarse.

La muñeca Annabelle, en el Museo de lo Oculto de los Warren. Foto: Warrens.net. Según el sitio web de los Warren, si el espíritu apodado Annabelle se hubiera ‘apoderado’ de una las personas en la casa, los hubiera podido matar a todos. Por eso, la pareja le pidió a un sacerdote que rezara “una bendición de exorcismo” para “limpiar el apartamento” y se llevaron la muñeca de trapo cuando se fueron. Ellos creen que el espíritu demoníaco aún la posee y es responsable de al menos una muerte. “Los Warren tenían una urna especial para Annabelle en el interior del Museo de lo Oculto, donde reside en la actualidad. Aunque la muñeca ya no parecía moverse, se cree que es responsable de la muerte de un muchacho que llegó al museo en moto con su novia. El joven, después de escuchar el relato de Ed sobre la muñeca, subió y comenzó a golpear la urna de forma desafiante insistiendo en que, si la muñeca puede arañar a la gente, él también quería ser rayado. Luego, camino a su casa, el muchacho y su novia reían y se burlaban de la muñeca, cuando perdió el control de la moto y se fue de frente contra un árbol. El joven murió en el acto, pero su novia sobrevivió y estuvo hospitalizado por más de un año”. Warren aún tiene a Annabelle en su poder y explicó la razón. “Sería muy imprudente de mi parte deshacerme de ella –dijo Lorraine–. Como se explica en El conjuro, deshacerse de la muñeca sólo sería deshacerse del envase, no del mal que reside adentro. Por lo menos, ahí quieta, sabemos dónde está. No está por el mundo causando daño a los demás. Tenemos a un sacerdote católico que realiza una oración alrededor de la muñeca que actúa como un ‘bloqueo’”.