Paola B. Sur describe la ansiedad como una bestia que se intenta vencer todos los días, pero que, sin quererlo, podría terminar siendo alimentada, haciéndose más fuerte y aterradora. “Solo sabía que aparecía de vez en cuando de la nada y su comportamiento impredecible me hacía temerle más”.

Paola, escritora de toda la vida, le puso un nombre a ese monstruo y lo volvió un personaje: Triggerion. Le dio forma, identidad. Quizá el recurso que más tuvo a la mano para hablarle de tú a tú y no dejar que la dominara.

En su caso, esta enfermedad que sufre el 4 por ciento de la población mundial, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se acentuó con la maternidad, cuando la ansiedad llegó a “niveles insostenibles” para esta autora colombiana que reside en Estados Unidos desde hace dos décadas.

El libro reúne pautas y ejercicios para sobrellevar esta condición que afecta al 6 por ciento de los colombianos. | Foto: Freepik.com

Todo sucedió en 2006 o, como Paola lo llama, “el año en que el infierno se desató” y no solo aumentó la ansiedad, sino los ataques de pánico. Parte de la terapia la encontró compartiendo su experiencia a los demás. Primero en un blog, Momxious, y después en un libro en el que no solo habla abiertamente de esta condición, sino que se convirtió en un ejercicio que le ayudó a entender que no estaba sola en su lucha contra el monstruo.

Y es cierto: la ansiedad es más común de lo que se cree. Lo que indica la OMS es que se trata de un trastorno que afecta a más de 284 millones de personas, lo que se traduce en que una de cada 13 vive con algún tipo de ansiedad.

En Colombia, de acuerdo con datos recogidos por el Ministerio de Salud, después de la pandemia del covid-19, el país ha registrado un aumento preocupante. Y hoy se estima que el 6 por ciento de los colombianos convive con esta condición, lo que equivale a unos 3 millones de habitantes.

Paola cuenta en su libro que trató de deshacerse de la ansiedad, “sin éxito. Y, luego de muchos intentos, me di cuenta de que tal vez el monstruo jamás se iba a ir de mi lado. Tuve que aceptar la idea de que tendría que convivir con él para siempre, lo que fue difícil de asimilar”.

Total, la ansiedad puede traer “mucha incertidumbre a tu vida cuando todo lo que quieres es sentir una sensación de seguridad. De una cosa estaba completamente segura, me sentía demasiado cansada de vivir con miedo a su presencia”, asegura la colombiana.

El libro se llama 18 lecciones para aprender a vivir con la ansiedad (Grijalbo). Páginas en las que, de alguna manera, la autora enseña cómo aprender a vivir en paz con la ansiedad, pues se trata de un trastorno que no tiene cura.

“Si la persona se siente abrumada física o emocionalmente, la idea es darse un respiro, hacer algo distinto durante un par de días o sencillamente no hacer nada. Después podrá volver a ello, cuando la persona se sienta mejor”. | Foto: Getty Images

“Una mañana me levanté y las escribí para que fueran mis mantras y así pudiera recordar todo lo que había aprendido de mi experiencia con la ansiedad”, cuenta la autora sobre cómo nació este libro, que al final ha servido para “apoyar a otras personas que están en el mismo barco; así podremos navegar juntos”, dice.

Convivir con el monstruo

Uno de los primeros aprendizajes de Paola fue entender que la ansiedad “no te hace mala persona”. Quien tiene ansiedad debe entender que ni está loco, ni es débil. “Tener ansiedad realmente apesta, aunque lo puedes superar y aprender a sobrellevar. Es un proceso que requiere tiempo y está bien dárselo. No se debe tener miedo de abrir el corazón y la mente, mostrar los sentimientos o pedir ayuda. Es muy difícil explicarlo a las personas que no tienen idea de qué es un ataque de pánico. Y mucho menos explicar esto a tus hijos o personas cercanas. Pero puedo asegurar que cuando uno lo habla encuentra quién te dé una mano, un consejo o simplemente estará allí para ayudarte y darte amor”.

Otro aspecto que resulta clave, Paola lo describe como ser un colador: dejar pasar la luz y tirar la basura. En este punto, la autora subraya la importancia de que el entorno de la persona con ansiedad comprenda lo complejo del trastorno.

“Quienes lo tenemos, no precisamos escuchar que todo estará bien. No necesitamos juicios. Si no sabe qué es la ansiedad y quiere ayudar a un ser querido, infórmese sobre esta condición. Si hay algo que necesitamos es amor. Un abrazo en el momento adecuado puede sacarnos del estado de pánico”.

También es clave nutrir la mente, el cuerpo y el alma, por lo que es importante encontrar actividades que le gusten al paciente y que no las sientan como una obligación. La idea es que sea algo divertido.

“Si la persona se siente abrumada física o emocionalmente, la idea es darse un respiro, hacer algo distinto durante un par de días o sencillamente no hacer nada. Después podrá volver a ello, cuando la persona se sienta mejor”.

Entender que hay días malos

Para Paola, cada persona debe identificar las herramientas que mejor le funcionen para lidiar con la ansiedad. Y, si es necesario, hablar con el médico o terapeuta sobre el uso de medicamentos. “Nadie te va a rescatar, tienes que ser tu propio héroe”, asegura la colombiana.

“La gente no ve ni entiende tu ansiedad, así que no podemos esperar que otros nos salven o nos reparen. Solo uno mismo puede enfrentar sus miedos”, indica Paola B.Otra herramienta valiosa consiste en escribir “Solo respira” en lugares donde la persona siempre pueda ver la frase. “Que sea un recordatorio que le dé a la persona un enfoque consciente cuando aparece la ansiedad”.

En ese sentido, a quienes sufren de ansiedad se les recomienda aprender técnicas de respiración controlada, toda vez que se trata de una herramienta muy efectiva para enfrentar ataques de pánico. “Respirar y a veces incluso alejarse por completo de los demás es la mejor alternativa. Sirve mucho salir al aire libre, pues la naturaleza es mágica”, destaca la autora.

J Balvin confesó hace varios años que sufría de ansiedad. | Foto: El País

También explica que uno de los retos más difíciles de afrontar con la ansiedad es que se trata de un trastorno que dice muchas mentiras. “La más difícil de superar es esta: eres débil. Pero en este proceso de hacerle frente a una condición mental he descubierto que todos tenemos una gran fuerza interior. Es como si, de alguna manera, la ansiedad me hubiera enseñado que soy el ser más fuerte que conozco”.

Por eso, a veces basta solo con conquistar una batalla al día “para descubrir esa fuerza interior. La idea es permitirnos ganar esas pequeñas batallas para entender lo fuertes que somos en realidad”.Unido a ese descubrimiento, la autora aconseja también vivir un día a la vez.

“Es una declaración que significa pedirte que honres el presente en lugar de poner tu energía, pensamientos y emociones en el pasado (lo que no puedes cambiar) en el futuro (lo que no tienes ni idea si va a suceder o no) o en ambos. Empezar a vivir así requiere de mucha práctica y tiempo”.

Otra valiosa lección de este libro apunta a respetar los días malos. “El monstruo está ahí y no hay nada que lo pueda hacer desaparecer. Mis días oscuros suelen ser aquellos en los que apenas puedo moverme. Quiero acostarme y no hacer nada. Ni siquiera puedo ducharme. Todo y todos me irritan. A veces la ansiedad invita a otros amigos a la fiesta, como la depresión. Sin embargo, pese a que los días oscuros existen, no significa que uno sea débil. Hay que mirarlos como una oportunidad para practicar la resiliencia. Y no hay que temerles, solo que hay que evitar que se queden”, relata Paola, como parte de su propia experiencia.

En su caso, dice haber aprendido que lo mejor es reemplazar los pensamientos negativos y a cambio entregarle al cerebro actividades que le ayuden a sentirse mejor. Unido a lo anterior, también es necesario ‘dejar ir’ para no quedar estancado en emociones negativas y falsas connotaciones de uno mismo. “Es algo que requiere práctica y paciencia, pero proporcionará libertad y bienestar ilimitados”.