El doctor Felipe Ortuño Sánchez-Pedreño, codirector del departamento de Psiquiatría y Psicología Clínica de la Clínica Universidad de Navarra (CUN) define la ansiedad como una emoción normal que se las personas experimentan en situaciones en las que se sienten amenazadas por un peligro externo o interno.

“Habría que diferenciar entre miedo (el sujeto conoce el objeto externo y delimitado que le amenaza y se prepara para responder) y ansiedad (el sujeto desconoce el objeto, siendo la amenaza interna y existiendo una dificultad en la elaboración de la respuesta)”, añade el galeno.

Aclara que la ansiedad es anormal cuando es desproporcionada y demasiado prolongada para el estímulo desencadenante: “A diferencia de la ansiedad relativamente leve y transitoria causada por un evento estresante, los trastornos de ansiedad duran por lo menos seis meses y pueden empeorar si no se tratan”.

Hay diferentes cuadros clínicos que se pueden presentar en el marco de la ansiedad. Mayo Clinic destaca los siguientes signos y síntomas:

  • Sensación de nerviosismo, agitación o tensión
  • Sensación de peligro inminente, pánico o catástrofe
  • Aumento del ritmo cardíaco
  • Sudoración
  • Temblores
  • Sensación de debilidad o cansancio
  • Tener problemas para conciliar el sueño
  • Padecer problemas gastrointestinales (GI)
  • Tener dificultades para controlar las preocupaciones
  • Tener la necesidad de evitar las situaciones que generan ansiedad

Siendo las palpitaciones, la angustia, las fobias y la sensación de ahogo los más habituales.

Sobre las causas que desencadenan la ansiedad, el galeno de la CUN explica que las fundamentales “son los factores genéticos, existiendo una predisposición al trastorno, aunque se desconoce su contribución exacta y el tipo de educación en la infancia y la personalidad, presentando mayor riesgo aquellas personas con dificultad para afrontar los acontecimientos estresantes”.

Añade que entre los factores precipitantes de esta patología estarían los acontecimientos estresantes, en particular las dificultades en las relaciones interpersonales, las enfermedades físicas y los problemas laborales.

Mayo Clinic señala que mientras que la mayoría de las personas que presentan trastornos de ansiedad “necesitan de la psicoterapia o los medicamentos para controlar la ansiedad, los cambios en el estilo de vida también pueden marcar la diferencia”.

Permanecer activo físicamente, evitar el alcohol y las drogas recreativas, dejar de fumar y reducir o dejar de consumir bebidas con cafeína, usar técnicas de control del estrés y de relajación, dormir bien y consumir alimentos saludables son algunas medidas que recomienda tomar la entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación para tratar de forma natural este trastorno.

En lo referente a la alimentación, hay algunos que pueden contribuir en el manejo de la ansiedad y calmar los nervios que esta patología genera, reseñados por el diario español La Vanguardia.

1. Banano: La fibra y el magnesio que se encuentran en el banano, también conocido como plátano, ayudan a lidiar contra la ansiedad.

2. Aguacate: La vitamina B que está presente en el aguacate ayuda a estimular la liberación de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, favoreciendo el estado anímico.

3. Frutos rojos: Existen diferentes tipos de frutos rojos para elegir según el gusto de cada quien. Estos pequeños alimentos son una buena fuente de antioxidantes que permiten luchar contra la ansiedad.

4. Verduras de hoja verde: La composición de las espinacas y las acelgas ayudan a mitigar el estrés y fortalecen el sistema inmunitario.

5. Pescados: Los pescados son ampliamente conocidos por ser ricos en ácidos grasos omega-3, ideales para combatir la ansiedad. El salmón o las sardinas son una buena opción.

6. Frutos secos: Son ricos en vitamina B2 y E, las cuales ayudan a reforzar el sistema inmunitario y combatir la ansiedad.