De acuerdo con el Ministerio de Salud de Colombia, el envejecimiento se define como “un proceso multidimensional de los seres humanos que se caracteriza por ser heterogéneo, intrínseco e irreversible; inicia con la concepción, se desarrolla durante el curso de vida y termina con la muerte”.

Este proceso se caracteriza por tener cambios biológicos y psicológicos en cada individuo de manera diferente. Uno de estos cambios son físicos y uno de los más evidentes son las arrugas, la flacidez y las líneas de expresión.

Estas aparecen por la disminución de producción de colágeno en el organismo, que es la proteína encargada de brindar elasticidad a la piel. Aunque algunas personas se aplican cremas antienvejecimiento, se someten a tratamientos estéticos y recurren a diferentes opciones, las arrugas son un signo natural de que el cuerpo está envejeciendo y no se puede evitar.

Tener un estilo de vida saludable es la clave para evitar sus efectos en la piel y que aparezcan prematuramente. Según indica Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, existen algunos factores que pueden contribuir a que estas afecciones aparezcan a una edad temprana.

“Si bien la genética es la que determina principalmente la estructura y la textura de la piel, la exposición solar es una de las causas principales de la aparición de arrugas, en especial, en las personas de piel clara. Los contaminantes y el tabaquismo también contribuyen a la aparición de arrugas”, explica la entidad de salud.

El portal web Mundo Deportivo, en su sección de Bienestar, destaca que los aceites esenciales son un tipo de producto que puede ayudar a cuidar la piel, lo que puede contribuir a disminuir los efectos del envejecimiento en este órgano.

Este portal señala que el aceite de argán, el aceite de rosa búlgara y el aceite de lavanda aportan diferentes beneficios para la salud cutánea. El primero fortalece la piel y combatir las agresiones externas. El segundo, tiene propiedades antiinflamatorias, calmantes y refrescantes; además de mejorar la circulación sanguínea.

Y el tercero: “Destaca por ser un potente cicatrizante y regenerador cutáneo. El motivo, su alto contenido en taninos. Además, ayuda a reducir las manchas”, indica el sitio web.

Para incluir estos aceites esenciales en la rutina de skin care es recomendable consultar con un dermatólogo para recibir la asesoría profesional adecuada y evitar complicaciones en la salud de la piel.

Una vida sana, una piel sana

Con el paso del tiempo, la piel muestra signos del envejecimiento. Aunque muchos son inevitables, un estilo de vida saludable es la clave para mantener una piel suave, joven y libre de impurezas.

En primer lugar, es fundamental limpiarse el rostro antes de dormir. Muchas personas cometen el error de acostarse sin retirar el maquillaje. Este hábito contribuye a que la piel esté deshidratada y flácida.

“La piel perderá luminosidad al no eliminar todos los residuos de la piel. El maquillaje es el responsable de la pérdida de nutrición, haciendo que esta luzca más apagada y pierda frescor e hidratación”, señala Garnier, marca especializada en salud cutánea.

En segundo lugar, la piel debe ser protegida de la exposición solar. Algunos tienen por costumbre broncearse, ya sea naturalmente o acudiendo a centros donde se brindan servicios de máquinas bronceadoras.

Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, menciona que “El bronceado bajo el sol o con una lámpara solar puede dar una modesta protección a aquellos que se pueden broncear bien. Pero la protección que da no se acerca a la derivada del uso de un protector solar. La cuestión más importante es que cualquier cambio en el color de la piel por el bronceado es un signo de daño por la radiación ultravioleta (UV). La exposición repetida a la radiación UV, ya sea del sol o de una cama de bronceado, aumenta el riesgo de envejecimiento prematuro de la piel y de cáncer de piel”.