La Fundación Española de la Nutrición (FEN) menciona que, generalmente, en un plan de alimentación se puede incluir cualquier tipo de huevo. No obstante, el de gallina es el más consumido en todo el mundo.
Dentro de sus compuestos más destacables resaltan la vitamina D, los folatos, la riboflavina, la vitamina del complejo B, el fósforo, el yodo, el selenio, y por supuesto, las grasas monoinsaturadas. Estas, de acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos (MedlinePlus) tienen la capacidad de disminuir el colesterol LDL e incluso formar células, procurando su bienestar.
Es entonces que la FEN menciona que el huevo tiene un alto valor proteico. Y no quiere decir que sea energético, pues la entidad señala que, por ejemplo, en su clara se puede obtener un 54 % de proteína gracias a compuestos como la ovoalbúmina, la ovomucina y el ovomucoide, entre otras. Por su parte, su yema se distingue por contener fosfovitina, lipovitelina y lipoproteínas LDL.
No obstante, un artículo de Tua Saúde revisado por la nutricionista Tatians Zanin, argumenta que el consumo de la yema del huevo se ha asociado con altos niveles de colesterol, tema que algunos estudios han rechazado, pues la consideran, por el contrario, una sustancia natural para el cuerpo.
“Los huevos son una buena fuente de nutrientes. Un huevo contiene 6 gramos de proteína y algunas grasas no saturadas saludables. Los huevos también son una buena fuente de colina, que se ha relacionado con la preservación de la memoria, y luteína y zeaxantina, que pueden proteger contra la pérdida de la visión”, asegura la Universidad de Harvard en uno de sus artículos publicado por Harvard Publishing.
Sin embargo, hay una pregunta que ha surgido sobre cuál sería la mejor manera de conservar los huevos, si dentro o fuera de la nevera, y es en este tema en donde muchas personas cometen un error.
¿Adentro o afuera?
Women’s Health menciona que lo ideal es conservar el huevo en el refrigerador, porque al igual que otros alimentos, puede en su cáscara tener salmonella (una bacteria).
Resulta que algunos supermercados conservan los huevos dentro de la nevera, mientras que otros los mantienen al aire libre. Según sea el caso, los cambios de temperatura que experimenta el alimento inciden en que se rompa una membrana en su interior y haya una infección.
En la mayoría de las neveras el lugar de los huevos se encuentra en la puerta de este electrodoméstico, lo que sin embargo constituye un error. La explicación es que, al abrir y cerrar este electrodoméstico, se propician cambios en el ambiente que colaboran con la proliferación de bacterias. De ahí que lo mejor sea ubicarlos al fondo de la nevera, donde se pueden conservar mejor.
¿Qué es la salmonella?
La Clínica Mayo menciona que la infección de salmonella o como también se le conoce salmonelosis “es una enfermedad bacteriana común que afecta el tubo intestinal”. Según el centro especializado, este microorganismo se encuentra “en los intestinos de animales y humanos y se expulsa mediante las heces”.
Además, de acuerdo con un informe de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) la bacteria salmonella ha provocado por lo menos 1,35 millones de infecciones y suele ocasionar enfermedades diarreicas.
Por otro lado, la Clínica también señala que otros síntomas asociados son dolor de cabeza y sangrado en las heces, por ejemplo.
“La diarrea puede durar hasta diez días, pero es posible que pasen varios meses antes de que los intestinos vuelvan a la deposición de heces habitual”, añade.
Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) menciona que “las enfermedades diarreicas son la segunda mayor causa de muerte de niños menores de cinco años. Pese a ello, son enfermedades prevenibles y tratables”.
Finalmente, es importante considerar que es una enfermedad que, en algunos casos, sugiere hospitalización, aseguran los CDC.