“Una arritmia es un problema relacionado con la frecuencia o el ritmo del latido cardíaco”, explica el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre (NHLBI, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos. Añade que durante una arritmia, el corazón puede latir demasiado rápido –taquicardia–, demasiado lento –bradicardia– o con un ritmo irregular.

La entidad, que hace parte de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, por sus siglas en inglés), indica que la arritmia “es causada por cambios en el tejido y la actividad del corazón o en las señales eléctricas que controlan los latidos del corazón”. Se trata de cambios que pueden ocurrir debido a daños causados por enfermedades, lesiones o la genética. No es común que una arritmia cardiaca desarrolle sintomatología, no obstante, puede haber presencia de latidos cardíacos irregulares, mareo o dificultad para respirar.

Advierte que si la arritmia no se trata a tiempo, “es posible que el corazón no pueda bombear suficiente sangre al cuerpo. Esto puede dañar el corazón, el cerebro u otros órganos”.

Sobre el tratamiento que requiere esta afección cardiovascular, Mayo Clinic reseña que por lo general se inicia cuando “la arritmia provoca síntomas importantes o si genera riesgos de padecer una arritmia más grave o una complicación de la arritmia”. Del mismo modo, hay una serie de cambios en el estilo de vida que puede sugerir el galeno para ayudar a que el corazón goce de buena salud y prevengan complicaciones de la arritmia, descritos a continuación:

  • Consumir alimentos saludables para el corazón: seguir una dieta saludable, con poca sal y grasas sólidas, rica en frutas, vegetales y cereales integrales.
  • Hacer ejercicio con regularidad: tratar de hacer ejercicio durante al menos 30 minutos la mayoría de los días.
  • Mantener un peso saludable: el sobrepeso aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardíacas.
  • Mantener bajo control la presión arterial y los niveles de colesterol: hacer cambios en el estilo de vida y tomar los medicamentos según se hayan recetado para corregir la presión arterial alta o el colesterol alto.
  • No abandonar la atención de seguimiento: tomar los medicamentos según lo recetado y asistir a consultas de seguimiento regulares con el médico. Hablar con el médico si los síntomas empeoran.

En ese mismo sentido, la Fundación Española del Corazón anota que hay algunos alimentos que no se deben consumir si se padece de arritmia cardiaca, como los que contienen abundante grasa saturada, grasa trans y colesterol, como por ejemplo:

  • Lácteos enteros: sustituir por lácteos desnatados.
  • Mantequilla: sustituir por aceite de oliva virgen.
  • Otros productos: embutidos, yema de huevo, fritos comerciales y la bollería industrial.

“A la hora de comprar productos alimenticios es importante fijarse en el etiquetado. Buscar y comprar aquellos alimentos con un bajo contenido en grasa total, grasa saturada y colesterol. La grasa más adecuada es la grasa monoinsaturada (aceite de oliva) y los ácidos grasos omega 3 (es recomendable un consumo de tres raciones a la semana de pescado azul: anchoa, sardina, boquerón, pez espada, salmón...)”, describe la Fundación.

En lo que refiere a las bebidas, se recomienda evitar el café, el té, las bebidas alcohólicas, energéticas y los refrescos con cafeína.