Uno de los alimentos ‘infaltables’ que muchas familias no dejan de consumir es el arroz, pues es un cereal que es de fácil acceso y su capacidad de crecimiento hace que abunde. Además, su popularidad no solo hace parte de la cultura Latinoamericana, sino que aparece en la mayoría de territorios del mundo.
Sin embargo, así como hay diferentes productos que se clasifican por su tamaño, olor, sabor o textura, en el caso del arroz este principalmente es comercializado de dos maneras; la tradicional, cuando el grano del cereal es blanco; la integral, cuando el tono que tiene el alimento que se prepara con agua es más oscuro, parecido al color marrón claro.
Respecto al segundo, estudios de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos consignan que el arroz integral es el más recomendado para llevar una dieta, mucho más si la persona que lo consume sufre de sobrepeso u obesidad.
Es entonces cuando nacen diferentes interrogantes en relación con uno de los cereales con mayor producción mundial, como cuál es la diferencia entre el arroz blanco y el integral.
Teniendo en cuenta datos recopilados por el portal Vitónica, la diferencia que predomina entre los granos del alimento es que cuando son integrales “no están sometidos a ningún tipo de refinamiento o proceso químico”. Por esta razón, el arroz integral tiene un color más oscuro, ya que sigue manteniendo la capa de salvado del grano original.
En otras palabras, es un arroz que viene del campo a la cocina, y por eso es que muchos prefieren introducirlo en sus dietas.
No obstante, al tratarse de un alimento conocido en el mundo, hay grupos familiares que comen arroz blanco todos los días debido a la versatilidad que tiene. Por lo tanto, quienes prefieren el integral se cuestionan: cuántos serían la cantidad de días más propicios para ingerir el arroz que no es refinado.
De acuerdo con los comentarios dados en la revista Glamour por la doctora española María Victoria Ramírez del Yerro, nutricionista de Clínicas Dorsia, “en una dieta equilibrada podemos comer pasta y arroz dos o tres veces por semana. La cantidad indicada de cada ración son 150 gramos (unas cinco cucharadas soperas) de pasta o arroz ya cocidos”.
Asimismo, la especialista recomienda comer este cereal, ya sea blanco o integral, en la comida del medio día -almuerzo- y evitarlo para la cena.
Por su parte, la nutricionista Iara Armijos sostiene en El Universal que “no hay ningún problema en comer arroz todos los días, lo importante es la cantidad que consumimos y con qué complementamos nuestro plato”.
Según la experta, el problema no es la cantidad de días a la semana para consumir arroz integral, sino que son los excesos de carbohidratos a lo que se le debe prestar atención.
En efecto, la recomendación está en que el alimento que da alrededor del 20 % del suministro de energía alimentaria del mundo, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), no sea combinado con productos de su mismo grupo.
Armijos dice que para evitar el alto consumo de carbohidratos, se puede acompañar un plato de arroz integral o blanco con “vegetales para darle mayor aporte de fibra, vitaminas y minerales. Por ejemplo, arroz con pimientos, perejil, coliflor o con brócoli”.
Pero si no se cuenta con arroz en casa, se puede remplazar por otro producto integral. Entre los más cercanos, El Comidista dice que está la cebada, la quinua, el trigo sarraceno y la avena.
Para finalizar, es preciso decir que antes de adoptar un consumo diario de arroz integral lo mejor es consultar con expertos y tener un seguimiento nutricional, pues no todos los organismos lo reciben de la misma forma.