La piel es el órgano más grande del cuerpo; las células de esta zona se regeneran cada 28 a 35 días, pero con el paso de los años este proceso se empieza a realizar de manera más lenta.

Además, el colágeno, una de las proteínas más importantes del cuerpo y la que le da elasticidad a la piel, empieza a bajar su producción, generando la aparición de las primeras líneas de expresión o arrugas.

El envejecimiento es un proceso que todas las personas tendrán que enfrentar en algún momento de su vida; sin embargo, algunos malos hábitos como fumar, la exposición al sol desmedida y sin protección, la falta de actividad física, la mala alimentación y la poca hidratación pueden adelantarlo.

Según el Centro Médico El Pilar, “las arrugas aparecen como consecuencia del deterioro de las funciones regenerativas de la piel y de los mecanismos que la mantienen hidratada por la acción de dinámicas biológicas como el envejecimiento, hábitos personales, gesticulación y agentes externos”.

Unas de las primeras arrugas en aparecer son las llamadas o conocidas “patas de gallo”. Estas nacen en el extremo exterior de los ojos y se producen por la constante tensión y relajación de los músculos de la cara a lo largo de los años, provocando pliegues en la piel.

Estas arrugas pueden aparecer a diferentes edades. Hay personas a las que les empiezan a aparecer en la época de los 20 años y otras que las padecen entre los 50 y 60 años de edad. Aquí pueden influir factores genéticos, el cuidado de la piel que cada persona maneje y los procesos biológicos y hormonales del cuerpo, como la menopausia en el caso de las mujeres.

“Si las primeras arrugas han comenzado a aparecer a partir de los 30 años, sobre los 40 es frecuente que empiecen a marcarse más e, incluso, que aparezcan pequeñas manchas en la piel. A partir de los 55 o 60 años este procedimiento se acelera, en especial en las mujeres debido a los cambios hormonales causados por la menopausia”, explica.

El portal de salud, belleza y cuidado personal, Glamour, brinda la receta de algunas mascarillas que pueden ayudar a reducir la aparición de estas arrugas y las ya presentes. Antes de su aplicación se recomienda contar con la aprobación de un dermatólogo con el fin de evitar alergias o reacciones adversas.

¿Cómo rejuvenecer la piel con métodos naturales?

Javier Pedraz, dermatólogo del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, explica al portal CuídatePlus que “el primer efecto que se produce, como consecuencia, es la falta de producción de colágeno y otras proteínas (elastina y ácido hialurónico) que conforman la estructura principal de la piel. Todo ello va a conllevar una pérdida de elasticidad y luminosidad de forma progresiva”.

Es de anotar que no todo se debe a los cambios propios de la edad. De hecho, el experto indica que la piel tiende a envejecer con mayor rapidez con la exposición solar, siendo el sol el principal factor externo causante del envejecimiento. La contaminación, el estrés, el consumo de tabaco y la alimentación son otros factores que inciden.

“La genética influye en todos los aspectos del organismo, incluido el envejecimiento de la piel. En este caso, dado que existen factores externos de gran importancia que también contribuyen, la genética toma un papel secundario, lo cual no quiere decir que no tenga influencia”, agrega Pedraz.

“Somos lo que comemos”, es una frase muy popular y llena de verdad. La alimentación es fundamental para el buen funcionamiento del organismo en general y, por supuesto, de la piel. Claro está que debe ser sana y balanceada para poder aportarle los nutrientes necesarios al organismo y contribuir en la regeneración celular. Así como hay alimentos que conviene consumir, hay otros que es preferible evitar.

Al respecto, el dermatólogo recomienda beber agua a diario –incluso si desea en infusiones–, consumir pimentones –que aportan vitaminas C y B6 y betacorenos–, los frutos secos –ricos en vitamina E–, el pescado azul –una fuente de ácido graso omega 3– y chocolate –con grandes aportes en flavonoides y antioxidantes–, para tener una piel sana y joven, reseña CuídatePlus.

Un estudio de la Revista Chilena de Nutrición, realizado por investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana de México y publicado en la biblioteca virtual Scielo, indica que la dieta debería incluir alimentos con propiedades antioxidantes, pues estos ayudan a proteger el organismo de la oxidación que producen los radicales libres.

Entre los alimentos con propiedades antioxidantes y alto aporte de Vitamina C se destacan los vegetales verdes, frutas cítricas, aguacate, brócoli, espárragos, remolacha, entre otros. Las nueces, espinaca, perejil, aguacate y cereales integrales también cumplen con esas funciones y aportan Vitamina E.

A la par de la alimentación, también conviene tener una rutina diaria de limpieza facial. La Clínica Clemente de España es enfática al señalar que “un buen cuidado de la piel empieza por limpiar correctamente la piel del rostro”. De acuerdo con el centro de dermatología médico-quirúrgica y de estética, no importa si se utilizó o no maquillaje en el transcurso del día, la piel debe ser limpiada a diario con jabones o productos suaves que no dañen el ph de la piel.

El agua de rosas, el vinagre de coco o el aceite de almendras pueden ser unas buenas opciones naturales para limpiar el rostro y aportarle nutrientes a la par.

Por último, es importante dormir bien para asegurar un buen descanso. “El cansancio acumulado hace que la piel se vea más apagada, con menos frescura y luminosidad”, reseña la clínica española. Agrega que la falta de sueño se refleja claramente en la piel, sobre todo en el rostro con la aparición de bolsas y ojeras, la pérdida de la elasticidad de la piel, el envejecimiento prematuro y la pérdida del tono de la piel.