Las arrugas son una parte natural del envejecimiento y son más prominentes en la piel expuesta al sol, como la cara, el cuello, las manos y los antebrazos, de acuerdo con Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.
De hecho, hasta cierto punto las arrugas no se pueden evitar. Sin embargo, la exposición al sol y el consumo de tabaco probablemente las hacen desarrollar más rápidamente.
Por tal razón, el diario El Español reveló algunas mascarillas naturales de fruta para atenuar las arrugas en la frente y recomendó triturar kiwi, frutos rojos o zanahoria y aplicarla en la frente por 20 minutos y retirarla con agua fría.
No obstante, hay que señalar que no se deben mezclar las tres frutas, sino que se debe seleccionar una y para obtener mejores beneficios se le puede agregar una cápsula de vitamina E, pero aplicar esta vitamina no causará efectos milagrosos sobre la piel y no evitará por completo las señales del envejecimiento como las arrugas y las manchas, pero sí contribuye a mantener la piel joven si se aplica con constancia.
Otra recomendación, pero del portal e-Consejos, es mezclar media taza de agua, media taza de pepino picado, media taza de gel de aloe vera y cuando se consiga una mezcla homogénea, se añade una cápsula de vitamina E. Posteriormente, se debe lavar el rostro y se debe aplicar la mezcla antes de ir a dormir para que actúe durante toda la noche. El portal reveló que si se usa con constancia, en dos semanas se observarán resultados.
De igual forma, frotar la parte interna de la cáscara del banano en el rostro tienen grandes beneficios, pues esta posee compuestos bioactivos con propiedades antioxidantes como flavonoides, taninos, terpenos, alcaloides, entre otros, que evitan el daño que causan los radicales libres a las células, previniendo el surgimiento de arrugas y contribuyendo al cuidado de la piel. Este procedimiento se puede realizar dos o tres veces por semana.
Asimismo, para prevenir las arrugas es recomendable proteger la piel del sol y limitar el tiempo de exposición a los rayos solares, especialmente al mediodía, y usar siempre ropa protectora, como sombreros de ala ancha, camisas de manga larga y gafas de sol. Además, se debe elegir un producto para el cuidado de la piel con un factor de protección solar (SPF), pues la American Academy of Dermatology (Academia Estadounidense de Dermatología) recomienda usar un protector solar de amplio espectro con SPF de 30 o más.
Sobre la misma línea, es importante señalar que la alimentación también juega un papel importante, pues cuando no se tiene una dieta balanceada y nutritiva el aspecto de la piel se deteriora y por ello es importante aumentar la producción de colágeno, pues esta es una de las sustancias más importantes para el cuerpo, ya que se trata de una proteína estructural que permanece en el cuerpo humano en grandes cantidades debido a que contribuye al buen funcionamiento de huesos, dientes, músculos, piel, articulaciones y algunos tejidos conectivos.
Por tal razón, la doctora Lorea Bagazgoitia, en su libro Lo que dice la ciencia sobre el cuidado de la piel, recomienda algunos alimentos para mejorar la producción del colágeno (sustancia principal que otorga elasticidad a la piel), y el cuidado de la piel y destaca: los huevos, verduras y carnes rojas, al igual que otros que contengan omega 3.
Otros alimentos recomendados son: pollo, cítricos (naranjas y pomelos/toronjas), bayas (fresas, frambuesas, arándanos y moras), frutas tropicales (mango, kiwi, piña, melón y guayaba), ajo, hojas verdes (espinaca, col rizada, acelgas, brócoli y demás verduras de ensalada) y tomates.
De todos modos, antes de consumir algún alimento, lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona.