Que la sangre fluya bien es clave para el organismo y una de las mejores formas de lograrlo es evitar que las arterias se obstruyan. El consumo de grasas y sal es una de las principales razones que impide un normal flujo de la sangre.
Por esta razón, según los especialistas, es indispensable hacerles seguimiento a los niveles de colesterol, pues de no controlarse pueden derivar en padecimientos más complejos como infartos o accidentes cardiovasculares. Llevar una dieta balanceada y saludable es clave para hacerle frente a posibles complicaciones que se pueden generar por la formación de placas en las arterias.
Para tener las arterias limpias es importante que las personas consuman a diario alimentos que ayuden a reducir la cantidad de grasa que eleva no solo el colesterol sino los triglicéridos en la sangre. La Fundación Española del Corazón define el colesterol como una sustancia grasa natural presente en todas las células del cuerpo humano necesaria para el normal funcionamiento del mismo; sin embargo, sus excesos pueden ir taponando las arterias.
Los triglicéridos, por su parte, son la forma más común de grasa en el organismo, el cual los almacena y usa para mantener la energía entre comidas. Si el nivel de triglicéridos en la sangre es elevado, esto podría ocasionar problemas de salud. Estas dos sustancias: el colesterol y los triglicéridos van tapando las arterias e impiden que la sangre sea transportada de manera adecuada, según el portal Healthline.
Cuando se presenta obstrucción de las arterias coronarias esto puede producir lo que se conoce como enfermedad coronaria, que es causada por un suministro inadecuado de sangre al corazón. En muchos casos, la peor de las consecuencias es la muerte del músculo cardiaco.
Lo preocupante es que esta enfermedad se ha convertido en una de las principales causas de muerte en el mundo. En Estados Unidos y Europa, por ejemplo, una de cada tres muertes se debe a enfermedades cardiovasculares, según la American Heart Association y la Organización Mundial de la Salud.
Por esta razón, mantener el colesterol y los triglicéridos en niveles indicados es determinante para la buena salud no solo del sistema circulatorio, sino del corazón.
Existen diversos remedios naturales que ayudan a cumplir con el objetivo de mantener las arterias limpias y uno de ellos es la mezcla de ajo con limón. De acuerdo con el portal Mejor con Salud, esta medicina natural contribuye con la disminución del colesterol malo (LDL) al tiempo que hace que aumente el bueno (HDL); ayuda a reducir la grasa que se deposita en determinadas zonas del cuerpo, hace que disminuyan los triglicéridos en la sangre, ayuda a prevenir la formación de trombos; ayuda a bajar la tensión o presión arterial y mejora el funcionamiento del hígado y favorece, por tanto, la depuración del organismo.
Otros de los beneficios de este remedio casero es que ayuda al correcto funcionamiento de los riñones e, indirectamente, a combatir la retención de líquidos, contribuye a reducir los problemas de circulación, fortalece el sistema inmunológico y previene la aparición de tumores malignos.
Tanto el ajo como el limón poseen propiedades antioxidantes. De ahí que también ayudan a la renovación y el rejuvenecimiento de las células.
Así se prepara
Para preparar este remedio se requiere de cuatro limones, cuatro cabezas de ajo y tres litros de agua hervida. Se pelan los ajos y se cortan los dientes en mitades. Se lavan bien los limones y se cortan en trozos pequeños, sin quitarles la corteza, se añade agua tibia, previamente hervida, y se mezcla todo. Se distribuye la mezcla resultante en tres recipientes de cristal, se cierran bien y se guardan en la nevera durante tres días. Pasado este tiempo, se cuela el contenido y se vuelve a dejar en el refrigerador.
Los primeros días, se toma una cucharada sopera (15 ml) de esta preparación, media hora antes de las principales comidas del día, si el cuerpo reaccionara bien, se aumenta a dos cucharadas soperas también, media hora antes de cada una de las comidas y progresivamente se va aumentando la dosis hasta llegar a un máximo de 50 mililitros, multiplicados por las tres comidas del día. Es decir, hasta un máximo de 150 mililitros diarios.
El tratamiento, según Mejor con Salud, dura 40 días y se puede realizar una vez al año. No obstante, la recomendación siempre es consultar con el médico para validar la viabilidad del consumo de este remedio, dependiendo de las condiciones de salud del paciente.