La artritis es considerada una enfermedad crónica, que se caracteriza por la inflamación o degeneración de una o más articulaciones, explica la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos. Cabe aclarar que una articulación es la zona donde dos huesos se unen.
Esta afección involucra la degradación de las estructuras articulares, particularmente del cartílago, el cual se encarga de proteger la articulación y permite que esta se mueva de forma suave. También absorbe el golpe cuando se ejerce presión sobre la articulación, como sucede, por ejemplo, cuando la persona camina. Si esta parte se desgasta o se rompe, los huesos que están debajo se dañan y se rozan, lo que causa dolor e inflamación.
Otras de las señales que se manifiestan cuando una persona sufre de artritis son:
- Deformidad articular.
- Disminución de la capacidad para mover la articulación.
- Enrojecimiento y calor de la piel alrededor de una articulación.
- Rigidez articular, especialmente en la mañana.
Los dos principales tipos de artritis son: la artrosis y la artritis reumatoide. La primera hace que el cartílago, el tejido duro y resbaladizo que recubre los extremos de los huesos donde forman una articulación, se rompa; la segunda es una enfermedad en la cual el sistema inmunitario ataca las articulaciones, comenzando con el revestimiento de estas.
¿Quiénes tienen más riesgo de sufrir de artritis?
Hay personas que por algunas características tienen mayores posibilidades de padecer esta enfermedad y, según el instituto de investigación Mayo Clinic, son las siguientes.
- Antecedentes familiares. Algunos tipos de artritis son hereditarios, por lo que es probable que la persona contraiga artritis si sus padres o hermanos tienen este trastorno.
- Edad. El riesgo de muchos tipos de artritis, entre ellos la artrosis, la artritis reumatoide y la gota, aumenta con el avance de la edad.
- Sexo. Las mujeres son más propensas que los hombres a desarrollar artritis reumatoide, mientras que la mayoría de las personas que tienen gota, otro tipo de artritis, son hombres.
- Lesión articular previa. Las personas que se han lesionado una articulación, tal vez mientras hacían deporte, con el tiempo tienen más probabilidades de sufrir artritis en esa articulación.
- Obesidad. El peso extra genera mayor esfuerzo de las articulaciones, en especial las rodillas, las caderas y la columna. Las personas con obesidad tienen un mayor riesgo de desarrollar la mencionada afección.
Cuando la artritis avanza, especialmente si afecta las manos o los brazos, puede dificultar que los pacientes realicen las actividades diarias. La artritis de articulaciones que soportan peso puede impedir que las personas caminen cómodamente o que se sienten erguidas. En algunos casos, las articulaciones pueden perder progresivamente su alineación y también su forma.
¿Cómo prevenir este padecimiento?
Unas de las principales recomendaciones de los especialistas es mantener un peso saludable. Las rodillas tienen que soportar el peso del cuerpo y tener sobrepeso o estar obeso puede afectarlas mucho. El portal Healthline indica que las mujeres con sobrepeso tienen casi cuatro veces más probabilidad de contraer osteoartritis en las rodillas que aquellas que tienen un peso saludable. La dieta y el ejercicio son clave.
Los expertos aseguran que la actividad física regular no solo ayuda a controlar el estrés del peso excesivo en las articulaciones, sino que fortalece los músculos alrededor de las articulaciones. Esto las estabiliza y puede protegerlas de un mayor desgaste. Es viable alternar actividades aeróbicas como caminar o nadar con ejercicios de fortalecimiento.
Por último, es importante evitar lesiones y para ello lo recomendable es siempre usar el equipo de seguridad adecuado mientras se practican determinados deportes, y conocer las técnicas correctas para hacer ejercicio; pues las lesiones aumentan el riesgo de que se presente artritis en la articulación que haya sido afectada.