De acuerdo con la enciclopedia médica MedlinePlus, la artritis es la inflamación o degeneración de una o más articulaciones, provocando dolor y rigidez en el cuerpo. La artritis, además, involucra la degradación de las estructuras articulares, particularmente del cartílago.

El American College of Rheumatology precisa que la artritis reumatoide (AR) es la forma más común de artritis autoinmune. Esta enfermedad comienza con mayor frecuencia entre los 30 y 50 años. Sin embargo, también puede aparecer a cualquier edad.

Adicionalmente, explica que la artritis es una enfermedad crónica que causa dolor en las articulaciones, rigidez, hinchazón y disminución del movimiento articular, siendo las manos y los pies las regiones más afectadas. En ocasiones, la AR también puede afectar a órganos como los ojos, la piel o los pulmones.

Otros síntomas asociados a la artritis incluyen la pérdida de energía, fiebre, pérdida de apetito, sequedad en los ojos y la boca, bultos firmes (nódulos reumatoides) que crecen debajo de la piel en lugares como el codo y las manos. Por esta razón, ante cualquier señal de alarma, es conveniente acudir a un especialista médico para obtener un diagnóstico preciso y definir el tratamiento adecuado.

¿La alimentación puede ayudar a aliviar el dolor?

En general, la alimentación representa la fuente principal de nutrientes para el organismo. En ese sentido, la comida aporta la mayoría de nutrientes que el cuerpo necesita para funcionar.

De acuerdo con el portal especializado Saber Vivir, el consumo de alimentos con efecto antiinflamatorio puede ayudar a aliviar los episodios de dolor asociado a la artritis.

Una opción sugerida es la denominada dieta mediterránea, la cual es rica en antioxidantes, omega 3 y fibra. Así mismo, recomienda aumentar la ingesta de frutas, verduras, frutos secos como las nueces, almendras y avellana; pescado, semillas, legumbres, aceite de oliva extra virgen y yogures ricos en probióticos.

Respecto a qué alimentos evitar, el portal citado destaca la importancia de reducir el consumo de azúcares, edulcorantes, ultraprocesados, harinas refinadas, grasas saturadas y trans. De igual manera, es recomendable evitar el alcohol y el gluten porque favorecen la inflamación.

De acuerdo con el American College of Rheumatology, el tratamiento para la artritis reumatoide ha mejorado sustancialmente en los últimos 30 años. En tal virtud, destaca que “los tratamientos actuales le brindan a la mayoría de los pacientes un alivio bueno o excelente de los síntomas y les permiten seguir funcionando en los niveles normales o casi a esos niveles”.

La evolución en los medicamentos también ha permitido que muchos pacientes no presenten signos de la enfermedad activa. No obstante, para llegar a este punto es importante diagnosticar la AR oportunamente, de manera que incrementen las posibilidades de obtener resultados satisfactorios a largo plazo.

Si bien no existe una cura para la artritis, los tratamientos actuales contribuyen en gran medida a reducir el dolor y la hinchazón en las articulaciones, así como mejorar la capacidad de los pacientes para realizar actividades cotidianas.

“Comenzar a tomar el medicamento tan pronto como sea posible ayuda a prevenir que las articulaciones tengan daños duraderos o posiblemente permanentes. Ningún tratamiento funciona para todos los pacientes. Muchas personas con artritis reumatoide deben cambiar su tratamiento por lo menos una vez durante su vida”, precisa el American College of Rheumatology.

Por su parte, MedlinePlus reitera que los principales objetivos del tratamiento son reducir el dolor y la inflamación, mejorar la función y prevenir un daño articular mayor.

Adicionalmente, indica que un programa de ejercicios común en el tratamiento de la artritis consiste en hacer actividad aeróbica de bajo impacto (también llamada ejercicios de resistencia) como caminar, ejercicios de rango de movimiento para la flexibilidad y ejercicios de fortaleza para el tono muscular.