La artritis idiopática juvenil, anteriormente denominada “artritis reumatoide juvenil”, es el tipo más frecuente de artritis en los niños menores de 16 años.

Este padecimiento puede causar dolor, inflamación y rigidez articular de manera persistente. Algunos niños pueden experimentar síntomas durante unos pocos meses, mientras que otros presentan molestias por muchos años.

Según los expertos, algunos tipos de esta artritis pueden causar complicaciones graves, por ejemplo, trastornos de crecimiento, daño articular e inflamación ocular. El tratamiento se centra en controlar el dolor y la inflamación, mejorar la función y prevenir el daño.

Está comprobado que los alimentos con altas concentraciones de purinas elevan el ácido úrico, generando dolores en las articulaciones y artritis. | Foto: Getty Images

Según el Colegio Estadounidense de Reumatología, al menos uno de cada 1.000 niños desarrolla algún tipo de artritis crónica. Estos trastornos pueden afectar a los menores de cualquier edad, aunque rara vez en los primeros seis meses de vida. Se estima que solo en Estados Unidos, alrededor de 300.000 niños han sido diagnosticados con la enfermedad.

Crecer con artritis puede ser un reto. Sin embargo, con un buen tratamiento reumatológico, la mayoría de los niños con artritis desarrollan vidas plenas y activas y pueden hacer lo que hacen sus compañeros, indican los especialistas de este instituto.

Los signos y síntomas más frecuentes de la artritis juvenil son:

Dolor: aunque el niño puede no quejarse de dolor articular, tal vez es posible que cojee, especialmente cuando se levanta en la mañana o después de una siesta, según la Mayo Clinic.

Hinchazón: es común que las articulaciones se inflamen, pero con frecuencia se nota primero en las articulaciones más grandes, como la rodilla.

Rigidez: en ocasiones se evidencia que un niño puede tener movimientos torpes, esto puede presentarse si tiene la enfermedad. Esta molestia se puede dar por la mañana o después de las siestas.

Lumbago: los niños pueden presentar también un dolor fuerte que afecta a los huesos o a los músculos de la parte lumbar de la espalda y es casi que permanente, señala la Biblioteca de Medicina de Estados Unidos.

Esta enfermedad puede afectar a una o varias articulaciones. Hay varios subtipos diferentes de artritis idiopática juvenil, pero los principales son sistémicos, oligoarticulares y poliarticulares. Al igual que con otros tipos de artritis, este padecimiento se caracteriza por períodos en los que los síntomas se intensifican y otros en los que pueden ser mínimos.

Las causas

Esta enfermedad en los menores se presenta cuando el sistema inmunológico del organismo ataca sus propios tejidos y células. Se desconoce la razón por la que esto sucede, pero, al parecer, influyen tanto la herencia como el entorno.

Los lumbagos también pueden ser síntomas en niños con artritis. | Foto: Getty Images

Según los expertos, existen algunos factores de riesgo que pueden complicar el padecimiento. Algunos tipos de esta enfermedad pueden causar problemas oculares. Si esta afección se deja sin tratar podría provocar cataratas, glaucoma e incluso ceguera. La inflamación ocular a menudo se manifiesta sin síntomas, por ello, es importante que un oftalmólogo examine periódicamente a los niños con esta afección.

Otro factor de riesgo es que la artritis juvenil puede interferir en el crecimiento y desarrollo óseo de los niños. Algunos medicamentos utilizados para el tratamiento, principalmente los corticosteroides, también pueden inhibir el crecimiento.

¿Existe tratamiento?

Según el Colegio Estadounidense de Reumatología, el objetivo general del tratamiento es controlar los síntomas, prevenir el daño articular y mantener la función. Cuando están involucradas unas pocas articulaciones, se puede inyectar un esteroide en la articulación antes de administrar cualquier medicamento adicional.

Los esteroides inyectados en la articulación no tienen efectos secundarios significativos. Los esteroides orales como la prednisona (Deltasone, Orasone, Prelone, Orapred) pueden usarse en ciertas situaciones, pero solo durante el menor tiempo posible y en la dosis más baja posible. El uso prolongado de esteroides se asocia con efectos secundarios como aumento de peso, crecimiento deficiente, osteoporosis, cataratas, necrosis avascular, hipertensión y riesgo de infección.

Por su parte, la Biblioteca de Medicina de Estados Unidos indica que cuando solo un número pequeño de articulaciones está comprometido, los antiinflamatorios no esteroides (AINE), como ibuprofeno o naproxeno, pueden ser suficientes para controlar los síntomas.

Los niños que tienen artritis en muchas articulaciones, o fiebre, erupción e inflamación de los ganglios pueden necesitar otros medicamentos denominados fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (DMARD, por sus siglas en inglés). Ellos pueden ayudar a disminuir la hinchazón en las articulaciones o el cuerpo.