La artritis reumatoide es una enfermedad crónica (de larga duración) que sobre todo causa dolor, hinchazón, rigidez y pérdida de la función articular, de acuerdo con el Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel que hace parte de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.
En sus inicios, la artritis reumatoide tiende a afectar primero las articulaciones más pequeñas, especialmente las que unen los dedos de las manos con las manos y los dedos de los pies con los pies.
Además, explicó que la artritis reumatoide es un trastorno autoinmunitario, porque el sistema inmunitario ataca los tejidos sanos de las articulaciones.
Adicional, Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, explicó que los factores que pueden aumentar el riesgo de padecer artritis reumatoide incluyen:
- El sexo: Las mujeres son más propensas que los hombres a desarrollar artritis reumatoide.
- Edad: La artritis reumatoide se puede producir a cualquier edad, pero más frecuentemente comienza a mediana edad.
- Antecedentes familiares: Si un familiar padece artritis reumatoide, el riesgo de que se padezca la enfermedad puede ser mayor.
- Tabaquismo: Fumar cigarrillos aumenta el riesgo de desarrollar artritis reumatoide, especialmente si se tiene una predisposición genética a desarrollar la enfermedad. Fumar también parece estar asociado a una gravedad mayor de la enfermedad.
- Sobrepeso. Las personas que tienen sobrepeso parecen presentar un mayor riesgo de desarrollar artritis reumatoide.
De todos modos, es importante señalar que esta enfermedad no tiene cura, pero el portal Medical News Today reveló que los suplementos de aceite de pescado “ayudan a combatir la inflamación al bloquear los receptores inflamatorios”.
Asimismo, indicó que los suplementos de “cúrcuma y curcumina han demostrado ser prometedores en el tratamiento de la artritis”.
No obstante, la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica y por ello lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona.
Por su parte, la entidad sin ánimo de lucro también habló sobre algunos tratamientos e indicó que los medicamentos antiinflamatorios no esteroides pueden aliviar el dolor y reducir la inflamación.
Asimismo, los medicamentos corticosteroides, como la prednisona, reducen la inflamación y el dolor, y retrasan el daño articular.
Sobre la misma línea, en el portal web, Mayo Clinic explicó que otra forma de aliviar los dolores es con un terapeuta ocupacional o fisioterapeuta que puede enseñar ejercicios para mantener flexibles las articulaciones.
Adicional, el terapeuta también puede sugerir nuevas formas de hacer tareas diarias que serán más fáciles para tus articulaciones. Por ejemplo, es recomendable recoger objetos usando los antebrazos.
Sin embargo, si los medicamentos y las terapias no funcionan, existe la posibilidad de considerar la cirugía para reparar las articulaciones dañadas y se pueden incluir uno o más de los siguientes procedimientos:
- Sinovectomía. Una cirugía para extirpar el revestimiento inflamado de la articulación (sinovial) puede ayudar a reducir el dolor y mejorar la flexibilidad de la articulación.
- Reparación del tendón. La inflamación y el daño en las articulaciones pueden causar que los tendones de alrededor de la articulación se aflojen o se rompan. El cirujano puede reparar los tendones que rodean la articulación.
- Fusión de la articulación. Se puede recomendar una fusión quirúrgica de la articulación para estabilizar o realinear una articulación y para aliviar el dolor cuando el reemplazo de una articulación no es una opción.
- Reemplazo total de la articulación. Durante la cirugía para reemplazo de la articulación, el cirujano quita las partes dañadas de la articulación e introduce una prótesis de metal y plástico.