La artritis reumatoide es una enfermedad crónica (de larga duración) cuyo síntoma principal es el dolor, además de hinchazón, rigidez y pérdida de la función articular, de acuerdo con el Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel de Estados Unidos.
No obstante, Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, indicó que alrededor del 40 % de las personas que padecen artritis reumatoide también presentan signos y síntomas que no involucran a las articulaciones. En ese sentido, las zonas que pueden estar afectadas incluyen las siguientes:
- Piel.
- Ojos.
- Pulmones.
- Corazón.
- Riñones.
- Glándulas salivales.
- Tejido nervioso.
- Médula ósea.
- Vasos sanguíneos.
Asimismo, explica que los factores que pueden aumentar el riesgo de padecer artritis reumatoide incluyen:
- El sexo. Las mujeres son más propensas que los hombres a desarrollar artritis reumatoide.
- Edad. La artritis reumatoide se puede producir a cualquier edad, pero más frecuentemente comienza a mediana edad.
- Antecedentes familiares. Si un familiar padece artritis reumatoide, el riesgo de que se padezca la enfermedad puede ser mayor.
- Tabaquismo. Fumar cigarrillos aumenta el riesgo de desarrollar artritis reumatoide, especialmente si se tiene una predisposición genética a desarrollar la enfermedad. Fumar también parece estar asociado a una gravedad mayor de la enfermedad.
- Sobrepeso. Las personas que tienen sobrepeso parecen presentar un mayor riesgo de desarrollar artritis reumatoide.
Una vitamina aliada
El portal del Médico Interactivo revela que “mantener niveles adecuados de vitamina D puede ayudar a prevenir la aparición de enfermedades inflamatorias como la artritis reumatoide, según determinó un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Birmingham (Reino Unido) y que se publicó en la revista Journal of Autoinmunity”.
De hecho, la vitamina D es un nutriente necesario para la salud, ya que ayuda al cuerpo a absorber el calcio, una de las principales sustancias necesarias para tener huesos fuertes, según el Instituto Nacional de Salud (NIH, por sus siglas en inglés).
“Junto con el calcio, la vitamina D contribuye a prevenir la osteoporosis, una enfermedad que hace que los huesos se vuelvan más delgados y débiles y sean más propensos a fracturas”, explica el instituto.
Sin embargo, el consumo de vitamina D dependerá de la edad, según el Instituto:
- Bebés hasta los 12 meses: 10 microgramos (mcg).
- Niños de 1 a 13 años: 15 mcg.
- Adolescentes de 14 a 18 años: 15 mcg.
- Adultos de 19 a 70 años: 15 mcg.
- Adultos mayores de 71 años: 20 mcg.
- Mujeres y adolescentes embarazadas o en período de lactancia: 15 mcg.
¿Puede ser nociva la vitamina D?
Según el NIH, en ocasiones sí puede llegar a ser nociva ya que las concentraciones demasiado elevadas de vitamina D en la sangre (superiores a 375 nmol/L o 150 ng/mL) pueden causar náuseas, vómitos, debilidad muscular, confusión, dolor, pérdida del apetito, deshidratación, micción y sed excesivas y cálculos renales.
Además, el instituto en su página web señaló que las concentraciones sumamente elevadas de vitamina D pueden causar insuficiencia renal, arritmia y hasta la muerte. Los niveles elevados de vitamina D se deben casi siempre a su consumo en cantidades excesivas a través de suplementos dietéticos.
Sin embargo, nunca se recibirá demasiada vitamina D del sol. Y esto se debe a que la piel limita la cantidad de esta vitamina que puede producir, porque las nubes, la niebla contaminada (esmog), la edad avanzada y la piel de color oscuro reducen la cantidad de vitamina D producida por la piel. Asimismo, la piel expuesta a la luz solar a través de una ventana no produce vitamina D.
“La radiación ultravioleta del sol puede causar cáncer de piel, de manera que es importante limitar el tiempo de exposición. Aunque los protectores solares limitan la producción de vitamina D, los expertos en salud recomiendan usar aquellos que ofrecen un factor de protección solar (FPS) de 15 o más si la persona va a exponerse al sol por algo más que unos pocos minutos”, agrega el NIH.