La osteoartritis o artrosis es un tipo de artritis que solo afecta las articulaciones, usualmente en las manos, las rodillas, las caderas, el cuello y la parte inferior de la espalda, de acuerdo con Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

“En una articulación sana, los extremos de los huesos están cubiertos con un tejido suave y resbaloso llamado cartílago. El cartílago protege los huesos y les ayuda a deslizarse fácilmente cuando mueve la articulación. Con la osteoartritis, el cartílago se rompe y se vuelve áspero. En ocasiones, todo el cartílago se desgasta y los huesos se frotan entre sí, y pueden crecer protuberancias de hueso adicional en el área de la articulación llamadas espolones óseos”, explica la biblioteca.

Así las cosas, explicó que la osteoartritis afecta a las personas de diferentes maneras y no todas tienen dolor, pero los síntomas más comunes son:

  • Dolor cuando se mueve, que a menudo mejora con el descanso.
  • Rigidez, especialmente durante los primeros 30 minutos después de levantarse del descanso.
  • Inflamación de las articulaciones, especialmente después de usar mucho la articulación.
  • Menos movimiento de lo normal en la articulación.
  • Una articulación que se siente floja o inestable.

No obstante, El Español reveló que los primeros síntomas que pueden pasar desapercibidos son el crujido de las articulaciones y dolor después de hacer ejercicio, que por lo general desaparece con el descanso.

Sobre la misma línea, Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, explicó que los factores que pueden aumentar su riesgo de artrosis incluyen los siguientes:

  • Edad avanzada. El riesgo de tener artrosis aumenta con la edad.
  • Sexo. Las mujeres son más propensas a padecer artrosis, aunque no está claro por qué.
  • Lesiones articulares. Las lesiones, como las que ocurren al practicar deportes o por un accidente, pueden aumentar el riesgo de artrosis. Incluso las lesiones que ocurrieron hace muchos años y que aparentemente ya sanaron pueden aumentar el riesgo de artrosis.
  • Tensión repetida en la articulación. Si el trabajo o un deporte que se practica someten a una articulación a un esfuerzo repetitivo, esa articulación podría presentar artrosis con el tiempo.
  • La genética. Algunas personas heredan la tendencia a desarrollar artrosis.
  • Deformidades óseas. Algunas personas nacen con articulaciones malformadas o cartílagos defectuosos.
  • Ciertas enfermedades metabólicas. Estas incluyen diabetes y una afección en la cual su cuerpo tiene demasiado hierro (hemocromatosis).

Así las cosas, la entidad sin ánimo de lucro reveló que algunos cambios en los hábitos diarios podrían mejorar las molestias como:

  • Terapias de movimiento. El taichi y el yoga implican ejercicios suaves y estiramientos combinados con respiración profunda. Muchas personas usan estas terapias para reducir el estrés en sus vidas, y la investigación sugiere que el taichi y el yoga podrían reducir el dolor de la artrosis y mejorar el movimiento.
  • Calor y frío. Tanto el calor como el frío pueden aliviar el dolor y la inflamación de la articulación. El calor, especialmente el calor húmedo, puede ayudar a los músculos a relajarse y aliviar el dolor. El frío puede aliviar los dolores musculares después del ejercicio y disminuir los espasmos musculares.
  • Acupuntura. Algunos estudios indican que la acupuntura puede aliviar el dolor y mejorar la función en personas que tienen osteoartritis de rodilla. Durante la acupuntura, se insertan agujas muy finas en la piel en puntos precisos del cuerpo.

De todos modos, la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica y por ello lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona.