La gastritis ocurre cuando el revestimiento del estómago resulta hinchado o inflamado, de acuerdo con Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

Además, Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, explicó que es posible que la gastritis aparezca de manera repentina (gastritis aguda) o lentamente con el tiempo (gastritis crónica).

Asimismo, indicó que en algunos casos, la gastritis puede producir úlceras y un mayor riesgo de sufrir cáncer de estómago. Sin embargo, para la mayoría de las personas, la gastritis no es grave y mejora rápidamente con tratamiento.

Por ello, el portal portugués de salud, nutrición y bienestar ‘Tua Saúde’ reveló que los alimentos permitidos en la dieta para la gastritis son:

  • Vegetales, como el calabacín, berenjena, zanahoria, espinacas y acelgas, debiendo preferirse cocidas y sin piel durante los períodos de crisis y dolor, pues son más fáciles de digerir;
  • Carnes bajas en grasa, como pollo, pavo, pescado y mariscos bien cocidos, preferiblemente preparados a la plancha, al vapor o cocidos. La carne puede ser cocinada mechada (deshebrada), molida o en tiras para que sean más fáciles de digerir;
La gastritis tiende a ser una condición bastante incómoda y dolorosa. | Foto: Getty Images/iStockphoto
  • Lácteos, como la leche descremada, el yogur natural y los quesos blancos, como la ricotta o cuajada light. Es importante recalcar que la tolerancia a la leche varía de una persona a otra, por lo que si sufre o sospecha de que además de gastritis tiene intolerancia a la lactosa, deben ser evitados este tipo de alimentos.
  • Carbohidratos, como el arroz blanco, pasta, camote (batata), calabaza (ahuyama), pan blanco y papa.
  • Gelatina sin azúcar.
  • Bebidas vegetales, como leche de almendras, avena o arroz.
  • Tés como el de manzanilla, tilo, congorosa (cancrosa, chuchuwasi o maiteno), menta piperita o jengibre.
  • Café descafeinado.
  • Aceite de oliva crudo y en pequeñas cantidades.
  • Vinagre de manzana para aderezar, debido a que ayuda a equilibrar el pH del estómago y a mejorar la acidez. Conozca más sobre el vinagre de manzana.
  • Condimentos naturales, como hierbas finas, ajo, cebolla, perejil, cilantro y orégano”.

De igual forma, si una persona es diagnosticada con gastritis puede realizar cambios en el estilo de vida que ayudan a sentir un poco de alivio, como:

  • Comer porciones pequeñas con más frecuencia. Si se tiene indigestión frecuentemente, comer porciones pequeñas de comida más seguido puede aliviar los efectos del ácido estomacal.
La gastritis es una inflamación del revestimiento del estómago. | Foto: Foto: Getty Images.
  • Evitar los alimentos irritantes. Especialmente aquellos picantes, ácidos, fritos o grasosos.
  • Cambiar de analgésicos. Si regularmente se toman analgésicos que aumentan el riesgo de tener gastritis, preguntarle al médico.

Diagnóstico

Mayo Clinic indica que para determinar si una persona tiene gastritis el médico debe realizar varios exámenes, entre ellos una prueba para el H. pylori; y para detectar si existe infección bacteriana se toman exámenes de sangre, de heces o mediante una prueba del aliento.

“Para la prueba del aliento, bebe un pequeño vaso de un líquido claro e insípido que contiene carbono radioactivo. La bacteria H. pylori descompone el líquido en el estómago. Luego, se debe soplar dentro de una bolsa, que se sella. Si está infectado con H. pylori, la muestra de aliento contendrá el carbono radioactivo”, señala Mayo Clinic.

La gastritis no siempre provoca signos y síntomas. | Foto: Getty Images

Otro examen para determinar si una persona tiene gastritis es por medio de una endoscopia, que consiste en la introducción de un tubo flexible equipado con una lente (endoscopio) por la garganta y hacia el esófago, el estómago y el intestino delgado. Mediante el endoscopio, el médico busca signos de inflamación.

Asimismo, también se puede detectar con una radiografía del aparato digestivo superior, pues esta serie de radiografías crea imágenes del esófago, el estómago y el intestino delgado para buscar anomalías.

De todos modos, la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica y por ello lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona.