La alimentación es clave para mantener una vida saludable a corto, medio y largo plazo. Los buenos hábitos pueden marcar la diferencia entre aquellos que se cuidan y aquellos que no lo hacen.
Los buenos hábitos incluyen una dieta balanceada que cumpla con las necesidades de cada persona para que su organismo funcione correctamente. Ahora, cada cuerpo es diferente, por lo que antes de empezar a cambiar los hábitos es necesario dejarse orientar por un especialista de la salud.
La falta de unos buenos hábitos puede afectar los órganos vitales, por ejemplo, el hígado. Este es el órgano más grande del cuerpo humano y se encarga de digerir los alimentos, eliminar las toxinas y almacenar la energía.
Su buen funcionamiento es de vital importancia, por esta razón, se deben intentar prevenir las enfermedades. Una de que puede aparecer es la enfermedad de hígado graso no alcohólica (EHGNA).
De acuerdo con el portal especializado National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Deseases del National Institute of Health: “es una afección en la cual se acumula exceso de grasa en el hígado. El hígado graso no relacionado con el alcohol y la esteatohepatitis no alcohólica son tipos de EHGNA. Si el paciente tiene EHNA, tiene inflamación y daño hepático, junto con grasa en el hígado”.
Este portal también explica los síntomas de esta afección son: “por lo general, la enfermedad de hígado graso no alcohólica es una enfermedad silenciosa con pocos o ningún síntoma. Ciertas afecciones de salud, como la obesidad, el síndrome metabólico y la diabetes tipo 2, aumentan la probabilidad de desarrollar esta enfermedad”.
Respecto al tratamiento este portal especializado dice lo siguiente: “los médicos recomiendan adelgazar para tratar la enfermedad del hígado graso no alcohólica (EHGNA), que puede ser hígado graso no relacionado con el alcohol (HGNA) o esteatohepatitis no alcohólica (EHNA). Adelgazar puede reducir la grasa, la inflamación y la fibrosis en el hígado. No se han aprobado medicamentos para tratar la EHGNA o la EHNA”.
Así debería ser la dieta para prevenir el hígado graso no alcohólico
Se trata de una alimentación llamada dieta mediterránea. Esta se basa en un consumo de producto provenientes del mediterráneo en las que aparecen frutas, verduras, cereales, granos, carnes magras, aceite de oliva y vino (moderado).
El texto del doctor Ramon de Cangas titulado “Dieta mediterránea, de la teoría a la práctica” explica que:
“Se originó en una franja de tierra que se conoce como la “cuna de la civilización” y que no es otra que la cuenca del Mar Mediterráneo. Esta zona fue el origen de numerosas civilizaciones con grandes aportaciones culturales y una de las más importantes es la Dieta Mediterránea, rica en alimentos de cercanía y de temporada, abundante en productos de origen vegetal y con valiosas recetas tradicionales”.
Esta la define como “un conjunto de tradiciones, conocimientos, competencias relacionadas con las tecnologías culinarias y conservación de los alimentos, con el cultivo de cosechas, con las técnicas de pesca y de cría de animales, con la transformación de alimento”.
En esta dienta no se restringen los alimentos sino que todo se consume en justa medida. El experto señala que “en definitiva, la Dieta Mediterránea es un verdadero patrimonio que nos permite comer de una forma sana y sabrosa, a la vez que cuidamos de nuestra salud. Seguir este valioso estilo de vida es sencillo y en esta Guía te damos las claves para hacerlo”.