Son muchos los métodos para evitar el envejecimiento prematuro que se encuentran en el mercado. Cremas, mascarillas, alimentos con colágeno y tratamientos estéticos, entre otros, llegan al alcance de las personas que buscan que los años no estropeen su apariencia física.
La parte social es importante para la salud
Aunque para algunas personas, el problema está en la apariencia física, pero de acuerdo a algunos estudios científicos, la actividad social de las personas puede ser un factor que afecta el envejecimiento de los individuos.
Los Institutos Nacionales de Salud (NIH) aseguran que el aislamiento social ya se ha asociado con otros efectos perjudiciales, como el desarrollo de Alzheimer e hipertensión arterial.
De acuerdo a los estudios científicos, el aislamiento social está definido como la falta de contacto social e interacción con las personas que están en su entorno hacen que las células vayan perdiendo su vitalidad, por lo que empiezan a manifestar señales de vejez antes de tiempo.
Pero esto va más allá de lo físico, es decir, que va más allá de estar sin compañía, sino que está más relacionado con la sensación de soledad que experimentan las personas, incluso cuando están con los demás.
El fomento de la socialización y el establecimiento de relaciones interpersonales en las personas mayores resultan imprescindibles para evitar su aislamiento social y, en consecuencia, mejorar su bienestar físico y emocional, asegura el portal sanitas.es.
Además, se sabe que el hecho de estar relacionándose con más personas tiene efectos favorables al evitar patologías relacionadas con dolores articulares, control de las enfermedades crónicas, hipertensión arterial, diabetes, y la prevención de la depresión y la ansiedad.
¿Por qué la soledad envejece?
Lo que te genera el envejecimiento y arrugas no es propiamente el hecho de estar solo, sino los hábitos o efectos que es implica. Según el estudio, la principal causa principal de esta condición es el estrés, incluso el silencioso, el cual produce el aislamiento social.
De acuerdo a lo que explica el NIH las personas que experimentan soledad comienzan a adquirir hábitos que le quitan juventud a su vida. Por ejemplo, algunas de ellas suelen fumar y tomar bebidas alcohólicas en mayor medida. Esto sin contar los malos hábitos nocturnos o de sueño.
Esto trae como consecuencia el envejecimiento de las células, el cual se traduce en arrugas.
Por otra parte, la soledad también hace que los individuos sean más propensos al sedentarismo, a enfermedades cardiovasculares, depresión, ansiedad, demencia, inactividad sexual y algunas adicciones.
Por eso, este sentimiento de soledad no se debe pasar por alto, sino que ante las primeras manifestaciones es necesario buscar la ayuda psicológica adecuada para que no se convierta en un mal que lo afecte física y emocionalmente, al punto de convertirse en la causa de una vejez prematura y mal llevada.