Existe una gran variedad de condiciones y enfermedades que suelen afectar la salud de las personas, sobre todo de los adultos mayores, pues con el paso del tiempo tanto los órganos como las capacidades de las articulaciones, los músculos y la capacidad cognitiva van disminuyendo, más si existen condiciones que afecten el sistema neurológico.
Por esta razón, vale la pena recordar que la demencia es un trastorno progresivo que en la mayoría de las ocasiones afecta la memoria y el pensamiento, pero esto no solamente se queda aquí, pues las personas que la padecen pueden experimentar problemas como dificultad para comunicarse, cambios en el estado de ánimo, problemas de sueño y disminución de la capacidad para cuidar de ellos mismos. Y vale la pena mencionar que existen varios tipos de demencia, pero hoy se va a hablar sobre la demencia vascular.
¿Qué es la demencia vascular?
Este tipo de la enfermedad es causada por afecciones como un accidente cerebrovascular, el cual interrumpe el flujo sanguíneo al cerebro, lo cual puede causar en las personas problemas con la memoria, el pensamiento y la conducta. En este tipo de condición vale la pena resaltar que es la más frecuente y puede dar al mismo tiempo que otra.
¿Qué causa la demencia vascular?
Como se mencionó anteriormente, la razón más común es el accidente cerebrovascular, pero no todas las personas que tienen estos accidentes desarrollan esta enfermedad, todo depende del tamaño y a cantidad de estos que haya tenido la persona y de las regiones del cerebro afectadas, como también se puede dar por el estrechamiento de las arterias.
Otras enfermedades que pueden agudizar la posibilidad de padecer demencia vascular son la presión arterial alta, los problemas con el ritmo cardíaco, la diabetes y el colesterol alto.
¿Cuáles son los síntomas de la demencia vascular?
Hay que mencionar que pueden aparecer de repente y progresar lentamente.
- Dificultad para realizar tareas que antes eran sencillas, como pagar facturas.
- Tener problema con seguir instrucciones o aprender información o rutinas nuevas.
- Olvidar eventos pasados o actuales.
- Perder objetos.
- Perderse en rutas familiares.
- Problemas con el lenguaje, como no encontrar la palabra correcta o usar una incorrecta.
- Sufrir alteraciones en los patrones de sueño.
- Tener dificultad para leer y escribir.
- Perder interés en las cosas o en las personas.
- Mostrar cambios en la personalidad, conducta, el estado de ánimo, como depresión, agitación y enojo.
- Tener alucinaciones o delirios.
- Mostrar falta de juicio y pérdida de la capacidad para percibir peligros.
También cabe resaltar que todo este listado de sintomatología pueden depender del tamaño, la ubicación y la cantidad de áreas dañadas del cerebro.