El consumo de marihuana es una práctica que se ha popularizado y extendido en todo el mundo, pese a que cada vez más se minimizan y banalizan sus efectos en el comportamiento humano pues muchas de las personas que lo hacen, no experimentan efectos graves.
Sin embargo, existen numerosas investigaciones disponibles hasta la fecha que han demostrado que el consumo de esta planta no es del todo inofensivo y puede tener consecuencias negativas sobre la salud mental y el comportamiento de las personas. Especialmente en los adolescentes y jóvenes adultos. Esto obedece a que la marihuana contiene más de 400 componentes químicos, siendo el THC, el CBD cannabidiol y el cannabinol, los más importantes.
El THC (también conocido como delta-9-tetrahidrocannabinol) es el principal responsable de los efectos psíquicos y comportamentales de esta droga, y su consumo puede provocar intoxicaciones, aumentar la probabilidad de sufrir trastornos depresivos graves, o generar pensamientos y conductas suicidas, afirma Laura Villamil, médica psiquiátrica.
En el caso de los adolescentes, el consumo de marihuana puede tener efectos nocivos en el cerebro de aquellos que aún no se han desarrollado completamente. El inicio precoz y el consumo frecuente de esta planta se asocia con una mayor probabilidad de sufrir de ansiedad, psicosis y agresividad, así como de afectaciones severas en la memoria, la atención y el aprendizaje.
También pueden aumentar el riesgo de caer en el consumo de otras sustancias psicoactivas, contraer enfermedades de transmisión sexual y participar en conductas delictivas.
Para el resto de personas, el impacto en el organismo puede variar dependiendo de la genética, las dosis utilizadas, la frecuencia, el ambiente, los antecedentes y la experiencia previa del consumidor.
La doctora Villamil asegura que cuando existe un uso prolongado de THC se puede generar un síndrome de dependencia, ya que las personas pueden desarrollar tolerancia (necesidad de consumir una dosis más alta) y abstinencia si interrumpen el consumo continuado.
Igualmente, puede causar episodios psicóticos, lo que significa que la persona probablemente pierda contacto con la realidad y tenga alucinaciones o delirios. Lo que puede empeorar, en algunos casos, donde se aumenta significativamente el nivel de dopamina en ciertas partes del cerebro.
Si se consume marihuana durante mucho tiempo, también se puede desarrollar una disminución de los receptores cerebrales llamados CB1 y una hipersensibilidad de los mismos. Además, su exceso antes de los 25 años, puede repercutir en la conexión interneuronal del cerebro y afectar el aprendizaje y la memoria.
Otro posible efecto negativo es el síndrome amotivacional, que puede hacer que una persona se sienta indiferente y pasiva. O en la pérdida de otras habilidades cognitivas y sociales, que pueden persistir en el tiempo, incluso, mucho después de suspender el consumo.
La Organización Mundial de la Salud, OMS, ha encontrado una relación entre el consumo de THC y el desarrollo de la esquizofrenia, una enfermedad mental crónica. Según su reporte, el riesgo de desarrollarla es mayor si se consume marihuana antes de los 18 años o si se tiene una predisposición genética o epigenética.
Es importante tener en cuenta que la marihuana es la droga ilegal más utilizada en la población joven y sus efectos negativos en la salud mental pueden ser graves y duraderos. Por lo tanto, Villamil recomienda no consumir marihuana y buscar ayuda profesional si ya se ha iniciado el consumo y se está teniendo problemas de salud mental o adicción.
Según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, aproximadamente el 4 % de la población mundial entre los 15 y los 64 años consumió cannabis en 2019, lo que representa un estimado de más de 200 millones de personas.
También informó que en los últimos años se ha observado un aumento significativo de la potencia de la marihuana, lo que ha despertado gran preocupación para las autoridades de la salud. Por ejemplo, el contenido medio de THC en la hierba de cannabis incautada en Europa se ha intensificado casi un 40 % desde 2009, mientras que la potencia de la hierba de cannabis en Estados Unidos ha crecido alrededor del 50% durante el mismo periodo.