El cilantro es un ingrediente ideal para acompañar diversas preparaciones, pero, además, por sus propiedades ayuda a contrarrestar algunas afecciones como, por ejemplo, la diarrea y los gases intestinales.
La Clínica Mayo explica que los gases intestinales se forman por el aire que se traga cuando se come, acumulándose en el intestino. Explica que es liberado por el ano, ya que parte de ellos, son fermentados por las bacterias, porque no son procesados por el intestino delgado.
Por consiguiente, muchos son los alimentos que pueden provocar gases, como los que son ricos en fibra. Entre estos figuran los frijoles, los cereales integrales, algunas verduras y las frutas. Algunos edulcorantes artificiales, y las bebidas carbonatadas, también inciden en su formación.
Para curar afecciones como la diarrea y eliminar los gases intestinales existen diferentes remedios naturales y el agua de cilantro es una de las destacadas. “La infusión de cilantro tiene propiedades antibióticas que ayudan a eliminar bacterias y además mejora los problemas estomacales como la diarrea o los gases, ayudando a una digestión menos pesada”, afirma el portal Las Provincias.
Su preparación es sencilla. Se debe hervir una taza de agua y justo en el punto de ebullición se deben agregar tres ramas de cilantro y se deja por cinco minutos. Luego, se apaga el fuego, se cuela el líquido y se puede ingerir. Este té se puede beber hasta tres veces al día.
Hígado
El hígado es el órgano de mayor tamaño dentro del cuerpo y cumple funciones vitales como eliminar las toxinas, almacenar nutrientes y digerir grasas. Además, trabaja en la depuración de la sangre y es útil en la asimilación de vitaminas liposolubles como la A, D, E y K.
El hígado también almacena vitaminas que se absorben a través de los alimentos y las distribuye por todo el cuerpo a través del torrente sanguíneo. Estos nutrientes son importantes para el crecimiento y desarrollo del tejido cutáneo, para mejorar la salud ocular, fortalecer el sistema inmunológico, además de fortalecer los huesos y los dientes.
Estas son razones suficientes para cuidarlo y una de las mejores formas de hacerlo es seguir una dieta equilibrada y baja en grasas, en la que se incluyan alimentos que sean hepatoprotectores.
De igual manera, es oportuno mencionar que las personas deben desintoxicar con frecuencia este órgano. Y, una de las mejores formas de hacerlo, de acuerdo con la plataforma Gastrolab, es consumiendo té de cilantro.
Esta hierba contiene diferentes propiedades que favorecen al hígado gracias a sus minerales como el manganeso, potasio y el hierro, que ayudan a eliminar los metales pesados.
Su preparación es sencilla. Se debe hervir una taza de agua y justo en el punto de ebullición se deben agregar tres ramas de cilantro y se deja por 5 minutos. Luego, se apaga el fuego, se cuela el líquido y se puede ingerir. Este té se bebe hasta tres veces al día.
Los alimentos que afectan el hígado
El portal Salud 180 precisa que los siguientes alimentos son agentes dañinos para la salud del hígado, como por ejemplo:
La sal: la OMS señala que el “elevado consumo de sodio (...) contribuye a la hipertensión arterial y aumenta el riesgo de cardiopatía y accidente cerebrovascular”, lo que no significa que se elimine su consumo, sino que se reduzca. Cuando la presión arterial es alta aumentan las probabilidades de tener hígado graso.
Bebidas alcohólicas: una de las principales funciones del hígado es descomponer el alcohol que se ingiere; sin embargo, estas sustancias son perjudiciales y alteran su estructura, causando inflamación, asegura la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, Medline Plus.
Comidas chatarras: el consumo excesivo de este tipo de comidas es perjudicial para el organismo, y por ende, para el hígado, por el tipo de grasas y pocos nutrientes que contienen, lo que ocasiona que este se cargue. Además, estos alimentos inciden en el incremento de los triglicéridos.
Alimentos azucarados: el azúcar es importante para el cuerpo, no obstante, este se puede obtener de forma natural y no artificial, ya que el segundo puede dañar las células del cerebro, explica el Instituto Nacional del Cáncer. El cuerpo necesita azúcar porque de este obtiene energía.