Históricamente, se conoce que los frijoles son una de las herencias gastronómicas más importantes de América Latina, además es un alimento que se destaca por su sabor, su valor nutrimental y ser un cultivo benéfico para el medio ambiente, ya que absorben el nitrógeno del aire y a su vez lo fijan en el suelo, dejándolo listo para futuras siembras.
Este alimento es una excelente fuente de proteína, también se destaca su contenido de vitaminas y minerales, así como el aporte de fibra que le proporciona al cuerpo energía para las actividades diarias. De acuerdo con un estudio realizado por la Universidad de Cambridge, “una dieta rica en frijoles, en comparación con una dieta normal, reduce el colesterol en 8.3 %”.
El estudio de la entidad educativa demostró que las personas con niveles altos de lípidos registraron una disminución del colesterol en un 6 % al consumir frijoles. La institución concluyó que una dieta basada en frijoles puede reducir considerablemente el riesgo de enfermedades del corazón.
Al respecto, Fernanda Alvarado, maestra en nutrición comunitaria y asesora externa del Consejo del Frijol de los Estados Unidos (US Dry Bean Council), aseguró que “los frijoles y sus antioxidantes ayudan a retrasar el daño celular y a disminuir el riesgo de algunas enfermedades crónicas y el envejecimiento prematuro. La fibra contenida en esta importante leguminosa actúa como prebiótico que beneficia la salud digestiva, incluso puede prevenir algunos tipos de cáncer”.
Es importante resaltar que los frijoles son alimentos repletos de nutrientes buenos para el corazón tales como: complejo B, folato, magnesio y fibra. Estos ayudan a regular el colesterol y la glucosa en la sangre. Ya sean frijoles negros, pintos, rojos o garbanzos y lentejas, disfruta de su gran sabor y nutrición.
¿Por qué producen flatulencias?
Los fríjoles, al igual que otras legumbres, contienen oligosacáridos y otros compuestos que pueden ser difíciles de digerir por el sistema gastrointestinal humano. Estos compuestos pueden causar flatulencias y malestar intestinal en algunas personas. Por ello, para reducir la cantidad de oligosacáridos y, por lo tanto, minimizar las flatulencias, se pueden remojar los fríjoles antes de cocinarlos.
Por lo anterior, hay que tener presente la siguiente información a la hora de preparar uno de los platos favoritos por los colombianos y así poder disfrutar de los frijoles en todas sus presentaciones, sin miedo a estar sufriendo de flatulencias horas después de haberlos comido.
- Fríjoles rojos: remojar durante ocho horas o toda la noche.
- Fríjoles pintos: remojar durante ocho horas o toda la noche.
- Fríjoles blancos (fabada, cannellini, navy): remojar durante ocho horas o toda la noche.
- Lentejas: pueden remojarse durante dos a cuatro horas.
- Garbanzos: remojar durante ocho a 12 horas.
Ahora bien, es importante señalar que el tiempo de remojo puede variar según el tipo de fríjol y su tamaño. Después del remojo, hay que asegurarse de enjuagarlos bien antes de cocinarlos. Además del remojo, también se puede cambiar el agua de cocción para ayudar a reducir aún más los compuestos que causan flatulencias. Adicional, es importante tener en cuenta que cada persona puede reaccionar de manera diferente a los fríjoles, y algunas personas pueden ser más sensibles a las flatulencias que otras.