Una sustancia similar a la grasa es el colesterol, que está presente en todas las células del cuerpo y tiene como función principal la producción de hormonas, de vitamina D y de otras sustancias que intervienen en la digestión de los alimentos. Como tal, el cuerpo produce todo el colesterol que requiere; sin embargo, también se puede obtener por medio de alimentos origen animal, como yemas de huevo, carne y queso.
De esta manera, existen dos tipos de colesterol. Uno se denomina lipoproteína de baja densidad (LDL), mejor conocido como colesterol malo, el cual se acumula en las arterias hasta causar su obstrucción o endurecimiento; y las lipoproteínas de alta densidad (HDL), llamado colesterol bueno, que tiene como función transportar el exceso de colesterol hacia el hígado para su posterior eliminación.
Por lo general, cuando se tiene colesterol malo, esta sustancia forma placa, la cual se acumula en las arterias e impide el flujo sanguíneo. Esto tiene como consecuencia provocar alteraciones en los órganos como el corazón, el hígado, el cerebro, entre otros, que puede desarrollar afecciones como un accidente cerebrovascular, ictus, infarto, arterioesclerosis, etc.
Para prevenir esto, es fundamental tener buenos hábitos de vida como una alimentación rica en vitaminas y minerales, así como una buena actividad física, no fumar, no consumir alcohol y tener un peso saludable. A continuación, la revista Mejor con Salud explica la importancia de tener buenos hábitos de vida para limpiar los residuos en las arterias:
Evitar el consumo de tabaco
Frente a esto, una revisión divulgada en Journal of Circulating Biomarkers, detalla que fumar está vinculado con los niveles anormales de lípidos/lipoproteínas. Como tal, se determinó que los fumadores tienen niveles más bajos de colesterol bueno (HDL) y niveles más altos de colesterol malo (LDL) y triglicéridos, por lo que es fundamental dejar a un lado este mal hábito.
Limitar el consumo de grasas saturadas
Las fuentes de grasas saturadas están relacionadas con las enfermedades cardiovasculares. De hecho, un estudio divulgado en Current Atherosclerosis Reports indica que la ingesta de grasas saturadas provocan un aumento de las lipoproteínas de baja densidad (LDL) o colesterol malo. Aquí se detallan algunos alimentos ricos en grasas saturadas que se deben evitar:
- Productos lácteos de leche entera (queso, helado, mantequilla, entre otros).
- Carnes animales (carne de res, cerdo y, en menor medida, pollo).
- Aceites vegetales (aceite de palma, de coco, entre otros).
- Manteca de cerdo.
- Chocolate.
- Yema de huevo.
Hacer ejercicio físico
En caso de querer eliminar los residuos de colesterol que se acumulan en los vasos sanguíneos, una opción saludable es el ejercicio físico. Su práctica, según lo expone una revisión en The American Journal of Physiology-Heart and Circulatory Physiology, ayuda al metabolismo de los lípidos. Además, previene la enfermedad coronaria.
“A través de Lipids in Health and Disease se sugiere este hábito como una estrategia para controlar la dislipidemia (niveles muy elevados de colesterol o grasas en la sangre), reducir el riesgo de infartos y mejorar la calidad de vida en general.”, indica Mejor con Salud.
Perder peso
Tanto el sobrepeso como la obesidad están estrechamente relacionados con el aumento de los niveles de colesterol, por lo que una forma de mitigar las afecciones que esto puede desencadenar es bajando de peso y controlarlo. Respecto a esto, un estudio compartido en Translational Behavioral Medicine determinó que la pérdida de entre un 5 % y un 10% del peso inicial puede ayudar a reducir el colesterol total y el colesterol malo (LDL), lo que de paso disminuye el riesgo cardiovascular.