La presión arterial alta, conocida como hipertensión, es una afección frecuente en la que la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias con el transcurso del tiempo es tan alta que puede causar problemas de salud, como una enfermedad cardíaca.
Esta afección está determinada tanto por la cantidad de sangre que el corazón bombea como por el grado de resistencia al flujo de la sangre en las arterias. Cuanta más sangre bombea el corazón y más estrechas estén las arterias, mayor será la presión arterial.
Según información de la compañía de salud Sanitas, la presión arterial se puede ver alterada por numerosas causas. Por ejemplo, depende de la cantidad de sal y agua que contiene el organismo o del balance hormonal; pero también está relacionada con del estado general de los sistemas nervioso, circulatorio, renal o metabólico. De igual forma, el estrés y las emociones fuertes pueden generar una subida momentánea de la presión arterial.
En cualquier caso, su elevación se convierte en una patología cuando se hace constante y se requiere un tratamiento farmacológico para devolverla a la normalidad. En ese momento la hipertensión arterial se convierte en uno de los principales factores de riesgo cardiovascular y cerebrovascular.
Varias pueden ser las causas que generen este padecimiento. Una de ellas es el envejecimiento. Con la edad, se endurecen las paredes de los vasos sanguíneos, lo que produce que la tensión se incremente.
También inciden una dieta rica en sal, el sobrepeso y la obesidad, el hábito de fumar, el consumo de alcohol, la diabetes y el sedentarismo.
De acuerdo con los expertos, la hipertensión arterial generalmente no produce síntomas, por lo que puede causar una cardiopatía sin que ni siquiera haya sido diagnosticada. Para saber si una persona tiene o no la tensión alta solo basta con tomarse la tensión en días y momentos sucesivos y comprobar si está o no dentro de los límites establecidos como normales.
Existen diversos remedios caseros que pueden ayudar a nivelar la presión arterial. Uno de ellos es el ajo y una de las formas de consumirlo es en agua, debido a que estimula la producción de óxido nítrico, que es un gas con fuerte acción vasodilatadora, que facilita la circulación de la sangre y disminuye la presión sobre el corazón.
El ajo protege la salud cardiovascular, gracias a que posee propiedades antioxidantes y protectoras de los vasos sanguíneos, lo que evita el surgimiento de problemas como la aterosclerosis, según indica el portal Tua Saúde.
Un estudio realizado por la Universidad de Valladolid (España), indica que este alimento es un aliado de la salud cardíaca, pues también ayuda a reducir el colesterol malo LDL. Sin embargo, se requieren más investigaciones para demostrar científicamente estos efectos en humanos y concretar la cantidad de ajo necesaria para obtener dichos beneficios.
¿Cómo preparar el agua de ajo?
Para preparar esta agua se requiere de un diente de ajo crudo, sin cáscara y machacado y 100 mililitros de agua. Se pone el ajo en un vaso de agua y se deja reposar de seis a 8 horas, preferiblemente en la noche. El agua se puede tomar en ayunas a la mañana siguiente. También se puede preparar un litro de esta bebida y consumirla a lo largo del día.
Además de esta agua, este alimento puede ser ingerido con las comidas, siendo de más fácil ingestión que el agua. Un buen consejo es agregarle algunos dientes de ajo al aceite de oliva. De esta forma, siempre que se utilice este producto, además de consumir una grasa buena, también se estarán aprovechando las propiedades del ajo.