La presión arterial y el colesterol elevados son afecciones que ponen en riesgo la salud del corazón, pues es posible que provoquen enfermedades cardiovasculares, infartos y otros padecimientos.
La hipertensión es una patología crónica en la que los vasos sanguíneos tienen una tensión alta, situación que puede ocasionarles daños. Es una afección a la que se le debe prestar especial importancia, pues es el principal factor de riesgo para los padecimientos del corazón, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias al ser bombeada por el corazón. Cuanto más alta es, más esfuerzo tiene que realizar este órgano para enviarla a las diferentes partes del cuerpo.
Por su parte, el colesterol es una sustancia parecida a la grasa que está presente en todas las células y que el organismo la requiere para su normal funcionamiento. El cuerpo lo requiere para producir hormonas, vitamina D y otras sustancias que le ayuden a digerir los alimentos, precisa la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
No obstante, con este lípido ocurre algo similar a la tensión, cuando sus niveles se elevan en la sangre pueden ocasionar problemas con la circulación y como consecuencia repercutir en el normal funcionamiento del corazón.
Para controlar estas dos afecciones la alimentación es determinante. En la dieta diaria no deben faltar las frutas, verduras, cereales integrales, proteínas magras y mucha hidratación. De manera complementaria pueden consumirse algunos remedios naturales elaborados con plantas medicinales que por sus propiedades le aportan beneficios al organismo.
Una de esas alternativas es el tomillo. Esta es una planta aromática que, además de usarse en la cocina para dar sabor y aroma, también tiene propiedades medicinales, antiinflamatorias, antioxidantes y expectorantes, siendo muy utilizada para tratar problemas de salud, como bronquitis, precisa el portal Tua Saúde.
Acción antihipertensiva
Adicionalmente, tiene componentes que ayudan a controlar la presión arterial. “Los terpenóides presentes en la composición del tomillo, como el timol y el α-terpineol, tienen acción antihipertensiva que actúan reduciendo la presión arterial, siendo muy útil para ayudar a controlar la hipertensión”, precisa la citada fuente.
Así mismo, cuando esta hierba es usada en la forma seca o deshidratada, posee grandes cantidades de minerales, como el calcio y el potasio, que contribuyen a aumentar el relajamiento de los vasos sanguíneos, permitiendo que la sangre circule con mayor facilidad, disminuyendo la presión sobre las paredes de las arterias.
En cuanto al colesterol, el portal de estilo de vida unCOMO indica que hay estudios que han demostrado que el tomillo puede reducir los niveles de colesterol total en ratas, y el aceite de tomillo tendría efectos positivos en colesterol LDL (malo) en humanos. En este sentido, se cree que los compuestos activos de esta planta inhiben la producción de colesterol en el hígado y aumentan la excreción del organismo.
A esto se suma que el tomillo contiene antioxidantes que pueden ayudar a prevenir la oxidación del colesterol malo, que se considera uno de los principales factores que contribuyen a la aparición de enfermedades cardíacas. Un beneficio más es que esta hierba aporta propiedades antiinflamatorias que ayudarían a reducir el riesgo de cardiopatías.
¿Cómo preparar té de tomillo?
Una de las formas de aprovechar sus beneficios es el té, el cual puede prepararse de la siguiente forma. Para elaborar esta bebida solo se requiere colocar dos cucharadas de hojas picadas en una taza de agua hirviendo y dejar reposar durante 10 minutos, se cuela y se bebe hasta tres veces al día.
Si la persona lo desea, se puede endulzarlo con miel, que también ayuda a hidratar la garganta, aliviando en los casos de tos. También se le puede agregar limón o jengibre para brindar un sabor diferente.
Es importante tener claro que para aprovechar sus bondades, esta hierba debe consumirse en el marco de una dieta equilibrada y la práctica regular de actividad física.