El páncreas libera enzimas que ayudan a la digestión y produce hormonas que ayudan a controlar la glucosa sanguínea, de acuerdo con Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.
No obstante, las células en el cuerpo comienzan a crecer en forma descontrolada, se origina el cáncer y el adenocarcinoma pancreático es el tipo de cáncer de páncreas más común, mientras que los tumores neuroendocrinos pancreáticos (NET) son un tipo menos frecuente y se abordan en Tumores neuroendocrinos pancreáticos, según la Sociedad Americana del Cáncer.
Adicional, Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, explicó que el cáncer de páncreas es difícil de detectar con anticipación, ya que no causa síntomas de inmediato y cuando los síntomas aparecen, suelen ser vagos o imperceptibles y pueden incluir:
- Dolor abdominal que se irradia hacia la espalda.
- Pérdida de apetito o pérdida de peso involuntaria.
- Color amarillento en la piel y en la parte blanca de los ojos (ictericia).
- Heces de color claro.
- Picazón en la piel.
- Diagnóstico reciente de diabetes o diabetes existente que se vuelve más difícil de controlar.
- Coágulos sanguíneos.
- Fatiga.
Por ello, si se presentan varios de los síntomas nombrados, es importante asistir al médico, ya que dado que frecuentemente se detecta tarde y se disemina rápidamente, el cáncer de páncreas puede ser difícil de tratar.
De todos modos, la biblioteca de Estados Unidos indicó que los posibles tratamientos incluyen cirugía, radiación y quimioterapia y terapia dirigida.
Por su parte, pese a que está no claro qué causa el cáncer de páncreas, los médicos han identificado algunos factores que pueden aumentar el riesgo de padecer este tipo de cáncer, incluido fumar y padecer ciertas mutaciones genéticas heredadas.
Por ello, el portal Rincón de la Salud reveló algunos consejos para cuidar el páncreas como:
- Moderar el consumo de azúcar y harinas refinadas. La ingesta diaria de azúcares libres debe ser menos del 10 % de calorías totales, aunque para obtener beneficios de salud adicionales lo ideal sería un consumo inferior al 5 % de la ingesta calórica total.
- Reducir o eliminar las comidas fritas o sobrecocinadas.
- Consumir alimentos altos en fibras. Normalmente, se le reconoce por su aporte en la prevención y alivio del estreñimiento. Sin embargo, los alimentos que contienen fibra también pueden brindar otros beneficios al cuerpo humano, como ayudar a mantener un peso saludable y reducir el riesgo de sufrir diabetes, enfermedades cardíacas y algunos tipos de cáncer.
- Disminuir el consumo de carne roja. La Fundación Española del Corazón recomendó en su portal web que en una alimentación saludable y equilibrada, la ingesta recomendada de este alimento es de 3-4 raciones a la semana (raciones de 100-125 g, es decir, un filete pequeño).
- Consumir vegetales como el brócoli, coliflor, repollo, berro y coles de brusela.
- Prevenir la diabetes o controlarla si se padece. La enfermedad se presenta cuando el páncreas no secreta suficiente insulina o el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
- No fumar.
- Reducir el consumo de alcohol y hacerlo con moderación. Para los adultos sanos, esto significa una copa por día, para las mujeres de todas las edades y para los hombres, mayores de 65 años. Y hasta dos copas por día, para los hombres menores de 65 años.
De todos modos, la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica y por ello lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona.