Hacia el final de la jornada laboral, ya la mente se anticipa al día siguiente y va pensando en lo que toca tener listo. El almuerzo es una de esas tareas que hay que realizar antes de que acabe la noche, sobre todo si se trabaja fuera de casa.
Pero no siempre resulta ser un ejercicio sencillo y se termina recurriendo al famoso ‘corrientazo’, a pocas cuadras de la oficina o llevando cualquier cosa para comer, un hábito que puede ser nocivo en el largo plazo para la salud, debido a que no se tiene control en realidad sobre la comida que se ingiere.
Aunque parezca todo un desafío, es posible planear una alimentación balanceada, en la que se incluya el almuerzo para el trabajo y así poder rendir de la mejor manera durante el día. Como explican desde los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades, lo importante es empezar a implementar estos cambios teniendo en cuenta tres fases: la de reflexión (qué se está comiendo), la de sustitución (cómo se puede comer mejor) y la de reforzamiento, para poder adquirir el hábito con el tiempo.
La regla básica de la alimentación, como lo han explicado los expertos de la salud, es que esta contenga los nutrientes que son esenciales y se caracterice por una diversidad de colores. Estos son los carbohidratos, las grasas, las proteínas, el agua, las vitaminas y los minerales, cuya presencia es vital para el funcionamiento del cuerpo.
Se sugiere que en el menú diario, especialmente dentro de las tres comidas principales, estén contenidos dichos nutrientes, no solo para facilitar la conservación de la energía durante la jornada laboral, sino también para fortalecer el sistema inmune y tener bienestar general.
¿Cómo tener un menú saludable para el almuerzo?
En su guía de vida sana, la Asociación Americana del Corazón entrega una serie de recomendaciones para lograr tener mejores hábitos alimenticios, entre los cuales se lista la importancia de cocinar en casa.
Dicho consejo puede ser la primera línea para tener un almuerzo saludable y es optar por realizar preparaciones sencillas en casa, antes de anteponer comidas afuera o en domicilios, ya que de esa manera, como explican en la entidad, se tiene mayor control sobre la selección de la cantidad y calidad de los ingredientes.
Siguiendo esa línea, desde la plataforma de salud 1DOC3, la doctora Lina Porras Santana, directora del centro, explica que a la hora de pensar en el almuerzo del día siguiente lo más idóneo es buscar alimentos que sean fuente de compuestos beneficiosos y menos sustancias que en exceso son nocivas como el azúcar y la grasa.
Muchas veces la dificultad para mantener una alimentación balanceada está en el tiempo, puesto que parece una tarea dispendiosa la de armar un plato saludable, prepararlo y reservarlo para el día siguiente. Al respecto, la Asociación Americana del Corazón detalla que se debe procurar establecer un horario de las comidas, adelantándose al día después. Teniendo clara esta organización durante la semana, puede ser más fácil armar cada portacomidas.
En estas recetas que se armen con anticipación, las personas deben cerciorarse de que haya una variedad de grupos de alimentos, desde frutas, verduras, proteínas, cereales, legumbres, entre otros.
Desde la sección de recetas saludables del portal Vitónica compartieron una preparación que cumple con dichos criterios y contiene una diversidad de nutrientes, sin tener que pasar horas en la cocina.
Ingredientes
- 200 gramos de garbanzos cocidos.
- Pechuga de pollo.
- Verduras de preferencia (pueden ser cebolla, zanahoria, brócoli...).
- Ajo, sal y pimienta.
- Aceite de oliva.
Su elaboración solo requiere unos cuantos pasos: lo primero es saltear la pechuga de pollo previamente adobado con un poco de ajo y unas cucharadas de aceite. Luego, se lavan las verduras y se cortan finamente, para luego saltearlas en el mismo sartén donde se preparó el pollo.
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Una vez se tengan listos todos los ingredientes se revuelven con los garbanzos y se dejan en el sartén por lo menos dos minutos más, hasta que cojan calorcito las legumbres.
Al momento de empacarlo para el día siguiente, se aconseja no taparlo enseguida, sino dejar que salga el vapor. De acuerdo con la profesional de la plataforma 1DOC3, lo ideal es mantener las comidas refrigeradas hasta que se vayan a consumir.