El aumento de peso y con ello el incremento de la cintura está determinado en gran medida por tres factores principales:

  • Cuántas calorías se consumen durante el día.
  • Cuántas calorías se queman con el ejercicio diario.
  • La edad.

De hecho, Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, reveló que si se come demasiado y se practica muy poco ejercicio, es probable que se tenga exceso de peso, incluida la grasa del vientre.

Asimismo, señaló que muchas personas, y en especial las mujeres, notan un aumento de la grasa del vientre a medida que envejecen, incluso si no están aumentando de peso, y lo anterior se debe probablemente a una disminución del nivel de estrógeno, que parece influir en el lugar donde se distribuye la grasa en el cuerpo.

Por tal razón, la entidad sin ánimo de lucro reveló que para reducir algunos centímetros de cintura en poco tiempo se debe:

  • Reemplazar las bebidas azucaradas. Beber agua o bebidas con edulcorante artificial en su lugar. Respecto al agua, el consumo diario de agua es diferente para los hombres y para las mujeres, ya que existen diferencias entre la ingesta, pero por lo general la mayoría de los hombres necesita aproximadamente 13 tazas de líquido al día y la mayoría de las mujeres necesita aproximadamente nueve.
  • Mantener bajo control el tamaño de las porciones. Incluso cuando se están tomando decisiones saludables, las calorías se acumulan. Por ello, en casa, hay que reducir el tamaño de las porciones y en los restaurantes, es mejor compartir las comidas, o comer la mitad de la comida y llevarse el resto a casa.

No obstante, antes de iniciar con el proceso de pérdida de peso hay que tener preparación y algunas preguntas para iniciar, según Mayo Clinic, son:

  • ¿Estoy motivado para bajar de peso?
  • ¿Estoy demasiado distraído por otras presiones?
  • ¿Utilizo la comida como medio para hacer frente al estrés?
  • ¿Estoy listo para aprender o utilizar otras estrategias para hacer frente al estrés?
  • ¿Necesito otro tipo de apoyo, ya sea de amigos o profesionales, para manejar el estrés?
  • ¿Estoy dispuesto a cambiar mis hábitos de alimentación?
  • ¿Estoy dispuesto a cambiar mis hábitos de actividad?
  • ¿Tengo el tiempo necesario para hacer estos cambios?

De todos modos, la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica y por ello lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona.