El sistema inmunitario es el sistema de defensa del cuerpo contra las infecciones, ya que este ataca a los gérmenes invasores y ayuda a que las personas se mantengan sanas, de acuerdo con el portal de salud KidsHealth.
Cuando el sistema inmunitario reconoce un antígeno, lo ataca y a esto se le llama respuesta inmune, en la cual se producen anticuerpos (proteínas que actúan para atacar, debilitar y destruir antígenos). El cuerpo también produce otras células para combatir el antígeno, de acuerdo con Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos.
Luego, el sistema inmunitario recuerda el antígeno y si vuelve a reconocerlo, puede identificarlo y enviar rápidamente los anticuerpos correctos. Gracias a esto, en la mayoría de los casos las personas no se enferman y a esta protección contra una determinada enfermedad se le conoce como inmunidad.
Además, explicó el sistema inmunitario tiene muchas partes diferentes, incluyendo:
- La piel: puede ayudar a evitar que los gérmenes ingresen al cuerpo.
- Membranas mucosas: son los revestimientos internos húmedos de algunos órganos y cavidades corporales. Producen mucosidad y otras sustancias que pueden atrapar y combatir los gérmenes.
- Glóbulos blancos: luchan contra los gérmenes.
- Órganos y tejidos del sistema linfático: incluyen el timo, el bazo, las amígdalas, los ganglios linfáticos, los vasos linfáticos y la médula ósea. Producen, almacenan y transportan glóbulos blancos.
No obstante, no todas las personas tienen un sistema inmune fortalecido, la Clínica San Felipe reveló que cuando el sistema inmunológico está debilitado pueden aparecer signos como:
- Infecciones y/o resfríos recurrentes.
- Alergias.
- Enfermedades simples, que duran más de lo normal, demoran en curarse o se agravan.
- Fiebre frecuente.
- Ojos secos.
- Cansancio habitual.
- Náuseas y vómitos.
- Diarreas.
- Manchas en la piel.
- Caída del cabello.
Por tal razón, el portal portugués de salud, nutrición y bienestar Tua Saúde reveló que para aumentar el sistema inmune se debe:
1. Realizar ejercicio: según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las nuevas directrices recomiendan por lo menos de 150 a 300 minutos de actividad física aeróbica de intensidad moderada o vigorosa por semana para todos los adultos, incluidas las personas que viven con afecciones crónicas o discapacidad, y un promedio de 60 minutos al día para los niños y adolescentes.
2. Dormir bien: la mayoría de adultos necesita de siete a ocho horas de sueño.
3. Evitar el estrés: “Se ha demostrado que el estrés psicológico crónico disminuye el número de células B, que son aquellas que producen anticuerpos, así como la funcionalidad y la actividad de las células NK -Natural Killer por sus siglas en inglés-. Ambas están dentro del grupo de los linfocitos y tienen una función primordial en la defensa del organismo ante infecciones bacterianas, virales y micóticas. El problema radica en que frente a situaciones amenazantes, esta función puede afectarse por la liberación exagerada y sostenida de adrenalina y cortisol. Lo anterior, con el objetivo de proveer energía para hacer frente a las demandas externas”, explica la doctora Carolina Díaz, inmunóloga de Clínica Las Condes, de Chile.
4. Evitar el cigarrillo: el humo del tabaco contiene más de 60 sustancias químicas conocidas que causan cáncer y miles de otras sustancias nocivas.
5. Tener una alimentación saludable: esta debe incluir al menos 400 g (o sea, cinco porciones) de frutas y hortalizas al día, menos del 10 % de la ingesta calórica total de azúcares libres, menos del 30 % de la ingesta calórica diaria procedente de grasas y menos de cinco gramos de sal (aproximadamente una cucharadita) al día y la sal debería ser yodada.
6. Beber agua: el consumo diario de este líquido es diferente para los hombres y para las mujeres, ya que existen diferencias entre la ingesta, pero por lo general la mayoría de los hombres necesita aproximadamente 13 tazas de líquido al día y la mayoría de las mujeres necesita cerca de nueve.