El estrés es un mecanismo que suele ponerse en marcha cuando una persona se ve envuelta por un exceso de situaciones que superan sus recursos. En estos casos, las personas experimentan una sobrecarga que puede influir en el bienestar físico, personal y psicológico.
Según el portal web Cuidate Plus, el estrés es imprescindible para la vida, porque es un mecanismo que alerta sobre algún peligro. De este modo, el estrés se manifiesta en una primera fase de activación o preparación de la persona frente a este estímulo; después hay un periodo de mantenimiento del estado de alta actividad y, por último, cuando se ha superado la situación, se pasa a una fase de agotamiento en la que la alta actividad cae bruscamente.
Para identificar este problema, existen síntomas tanto físicos, como emocionales y psicológicos para poder detectarlos a tiempo. Cuídate Plus, lista algunos de ellos:
- Dolor de cabeza: el más común es el dolor de cabeza tensional (provocado por la tensión muscular que ejercemos sobre la cabeza, la mandíbula y el cuello, entre otros), generado por el estrés o la ansiedad de forma habitual.
- Mala memoria.
- Falta de energía o de concentración: la gente se centra tanto en un tema, que le cuesta prestar atención al resto de cosas, perdiendo de ese modo parte de la concentración.
- Cambios de la conducta.
- Problemas de salud mental como la ansiedad o depresión.
- Problemas cardiovasculares y músculo-esqueléticas cuando el estrés se prolonga mucho tiempo.
- Cambios en el peso: generado por los malos hábitos alimentarios vinculados con el estrés. Los cambios de apetito suelen ir acompañados habitualmente de un estilo de vida sedentario.
- Problemas estomacales
- Cansancio constante y prolongado.
- Diarrea (exceso de heces acuosas y blandas) o estreñimiento o dificultad para eliminar heces.
En cuanto a este último síntoma, las heces dicen mucho más de lo que las personas creen. Incluso, algunos expertos relacionando el estado de las heces con el estado de ánimo de una persona. La psiconeuroinmunología es la disciplina que busca saber a través de los intestinos por qué aparecen determinadas enfermedades.
El especialista Xavier Verdaguer indicó al portal web Nius Diario que las personas que tienen ansiedad son las mismas que tiene problemas digestivos y un colon irritable. Asimismo, las heces de estas personas suele ser “más pastosas y los churros son más blandos al caer al agua. Eso es porque nos faltan bichitos buenos: las bacterias”.
Cabe mencionar que las personas con falta de diversidad bacteriana en el intestino suele tener una menor capacidad de fabricar serotonina. También, suelen tener problemas digestivos, estreñimiento, fibromialgia o dolores crónicos y es habitual en las personas que toman laxantes por estreñimiento que a la vez tiene dolor lumbar crónico.
Por otra parte, Verdaguer señaló que aunque no hay unas heces características para las personas con depresión, las personas con estreñimiento o muchos gases “suelen tener problemas de falta de energía o de depresión”.
Hábitos que se deben dejar para reducir el estrés
De acuerdo con el portal Manual MSD, estos son algunos de los hábitos que se deben dejar:
- Querer tener el control: por lo general las personas que quieren tener el control de las situaciones y piensan que “si no lo hacen” ellas nadie lo hará bien suelen ser más propensas a sentir ansiedad por la gran responsabilidad con la que quieren cargar. Soltar el control y compartir las responsabilidades es una buena forma para empezar a evitar los picos de ansiedad.
- Complacencia: intentar complacer a todas las personas es una acción que resulta agobiante, por ello el portal señala que cuando una persona tiene este comportamiento puede perder la fuerza psicológica generando el trastorno de ansiedad.
- Dormir poco: dormir poco es uno de los factores que hace que las personas se sientan indispuestas. Quienes duermen menos de siete horas suelen despertar con mal humor y cansancio. Esta situación prolongada puede llevar a padecer ansiedad.
- Consumo excesivo de alcohol: el consumo excesivo de bebidas con licor puede desatar problemas psicológicos, además de físicos. La ingesta de bebidas alcohólicas no permite mejorar el estado de ánimo, algo que pronuncia los ataques y estados de ansiedad.