El asma es una enfermedad que afecta los pulmones y suele ser de duración prolongada en los niños, aunque los adultos también pueden padecerla, de acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por su siglas en inglés).
El asma causa sibilancias (sonido durante la respiración), dificultad para respirar, opresión en el pecho y tos durante la noche o temprano por la mañana.
Además, Mayo Clinic reveló en su portal web que se cree que varios factores que aumentan las probabilidades de padecerla son:
- Tener un pariente consanguíneo con asma, como padre o hermano.
- Tener otra afección alérgica, como la dermatitis atópica, que provoca enrojecimiento y picazón de la piel, o la fiebre del heno, que causa goteo nasal, congestión y picazón en los ojos.
- Ser fumador.
- Exposición como fumador pasivo.
- Exposición a gases de escape o a otros tipos de contaminación.
- Exposición a desencadenantes en el ámbito laboral, como las sustancias químicas utilizadas en las industrias de la agricultura, la peluquería y la fabricación.
Por tal razón, los CDC explican que para controlar el asma y evitar un ataque la persona debe tomar medicamentos de la forma indicada por su médico y mantenerse lejos de las cosas que pueden desencadenar un ataque.
“No todas las personas con asma toman el mismo medicamento. Algunos se pueden inhalar o aspirar, y otros se pueden tomar en forma de pastillas. Los medicamentos para el asma son de dos tipos: los de alivio rápido y los de control a largo plazo. Los medicamentos de alivio rápido controlan los síntomas de un ataque de asma”, señalaron los CDC.
Por tal razón, Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, señaló que no hay ninguna dieta para el asma que elimine los síntomas. De todas maneras, adoptar estas medidas puede ayudar:
- Consumir muchas frutas y verduras: Son una buena fuente de antioxidantes, como el betacaroteno y las vitaminas C y E, que pueden ayudar a reducir la hinchazón e irritación (inflamación) de los pulmones causada por sustancias químicas que dañan las células, conocidas como radicales libres.
- Consumir vitamina D: Las personas con asma más grave pueden tener niveles bajos de vitamina D. La leche, los huevos y el pescado, como el salmón, contienen vitamina D. Incluso, estar unos minutos al sol puede aumentar los niveles de vitamina D.
También es posible que consumir una menor cantidad de sal (sodio) o alimentos ricos en aceites que se encuentran en el pescado de agua fría y algunos frutos secos y semillas (ácidos grasos omega-3) pueda reducir los síntomas del asma. No obstante, es necesario que haya más investigación para comprobar estos datos.
Asimismo, la entidad sin ánimo de lucro explicó que, aunque no hay forma de prevenir el asma, se pueden realizar las siguientes recomendaciones:
- Vacunarse contra la gripe y contra la neumonía.
- Identificar y evitar los desencadenantes del asma.
- Controlar la respiración.
- Identificar y tratar los ataques a tiempo.
“No existe cura para el asma, aunque los síntomas algunas veces disminuyen con el tiempo. La mayoría de las personas con asma pueden llevar una vida normal con cuidados personales y tratamiento médico apropiados”, según Medline Plus, portal de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos.
No obstante, las complicaciones del asma pueden ser severas y algunas son la muerte, disminución de la capacidad para hacer ejercicio y tomar parte en otras actividades, falta de sueño debido a síntomas nocturnos, cambios permanentes en la función pulmonar, tos persistente, dificultad para respirar que requiere asistencia respiratoria (respirador).
De todos modos, antes de iniciar un tratamiento o consumir algún alimento lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guie el proceso e indique que es lo más adecuado para cada persona, pues las anteriores recomendaciones no son las indicadas para todas las personas.