El sobrepeso o obesidad es uno de los temas que más preocupan a las personas alrededor del mundo, no solo por cuestiones estéticas, sino de salud: el exceso de peso es considerado causante de muchas enfermedades. El Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales (NIDDK, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos explica que ese aumento de peso puede verse condicionado por diversos factores.
“Algunos de estos factores pueden dificultar la pérdida de peso o hacer que sea difícil no recuperar el peso que se ha perdido”, anota. En ese sentido, de acuerdo con el NIDDK, la historia familiar y los genes, la raza o el origen étnico, la edad, el género, los hábitos de alimentación y actividad física, los hábitos familiares y culturales, no dormir lo suficiente, ciertas condiciones médicas, ciertos medicamentos, el trastorno de apetito desenfrenado (también conocido como atracones compulsivos) y el estrés hacen parte de los factores que pueden provocar ese aumento de peso.
MedlinePlus, un servicio de información en línea provisto por la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, desmiente dos mitos muy comunes sobre el aumento de peso. El primer mito se refiere a esas personas que creen que omitir el desayuno adelgaza, pero esto no es así.
La realidad es que al comer un desayuno saludable, estos alimentos pueden ayudarle a la persona a “manejar el hambre más adelante en el día y ayudarle a decir “no, gracias” a los refrigerios poco saludables. Ningún estudio científico ha mostrado que omitir el alimento matutino lleve directamente a bajar de peso”, destaca la entidad.
“Si no tiene hambre al despertar, hágale caso a su cuerpo”, añade, no sin antes recomendar que se pueden ingerir opciones saludables como la avena con fresas cuando la persona se sienta lista para comer.
El contraste del mito anterior afirma que comer por la noche hace que la persona engorde. Al respecto, MedlinePlus explica que esta teoría se puede cumplir, pero en las personas que ingieren alimentos a altas horas de la noche. “Una posible razón es que quienes comen tarde en la noche tienden a elegir refrigerios altos en calorías. Algunas personas que comen refrigerios tras la cena no duermen bien, lo que puede llevar a antojos poco saludables al día siguiente”, indica el servicio estadounidense.
En caso tal de que la persona tenga hambre después de la cena, que es la última comida del día, MedlinePlus recomienda limitarse a consumir refrigerios saludables como yogur con un contenido bajo de grasas o zanahorias pequeñas.
Entre tanto, el Instituto de Nutrición y Salud Kellogg’s (INSK) desmiente que los carbohidratos y la sal hacen subir de peso. Respecto al primero, explica que “los carbohidratos continuamente están excluidos por ser considerados que aumentan de peso, pero debes saber no hay alimentos que por sí solos tengan este efecto”. El Instituto recuerda que una dieta adecuada incluye todos los nutrientes de forma equilibrada.
Sobre la sal, explica que este compuesto es libre de calorías, por lo que, en consecuencia, no aporta energía. Pese a lo anterior, el INSK aclara que el consumo en exceso de sal “sí puede causar retención de líquidos o hinchazón y hacernos sentir más pesados; también influye sobre la elevación de la presión arterial”.
¿Qué dificulta la pérdida de peso?
El Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales afirma que hay distintos factores que pueden “hacer que sea difícil perder peso”, entre los que se incluyen: los genes, qué y cuánto viene una persona, no hacer actividad física con regularidad o ser inactivo, tomar ciertos medicamentos, tener ciertas condiciones médicas y la dificultad para manejar el estrés.