La nutrición es parte fundamental para prevenir enfermedades que afecten al cerebro, por lo tanto, comer de forma saludable puede marcar la diferencia a la hora de tener una buena memoria y gozar de un estado psíquico sano y equilibrado.
Este órgano es una máquina con una estructura compleja que cumple numerosas funciones. Gestionarlo y mantenerlo sano es clave y para ello se requiere de muchas materias primas que permitan alimentarlo de la mejor forma.
La dieta y su relación con el funcionamiento del cerebro tiene una incidencia directa en la salud de las personas, según explicó el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento, pues los alimentos ingeridos pueden producir inflamaciones y otras afectaciones que derivan en enfermedades neurogenerativas, como el Parkinson o el Alzheimer.
De acuerdo con un artículo de salud publicado por la Universidad Tecnológica de México, UNITEC, la glucosa de algunos alimentos ayuda para que el cerebro reciba más vitalidad; tanto las proteínas y los lípidos, como los hidratos de carbono ayudan a mantenerlo activo y dichos elementos también se encuentran en varios alimentos que se pueden consumir a diario, entre esos está la avena.
Este es un cereal que pertenece a la familia de las poáceas o gramíneas, plantas que se caracterizan por producir flores que parecen espigas, de donde se obtienen las hojuelas.
Este alimento contiene Vitamina B1, y combate la fatiga intelectual, el nerviosismo y el estrés. Dentro de su carga nutritiva, la avena contiene fibra, vitaminas, minerales, proteínas y grasas no saturadas, por lo que se le considera uno de los alimentos más nutritivos de la familia de los cereales.
Además, posee nutrientes clave para el organismo como calcio, zinc, cobre, fósforo, hierro, magnesio, potasio, sodio y vitaminas B1, B2, B3, B6 y E, lo que lo hace un alimento perfecto para fortalecer el cerebro.
¿Cómo consumirla?
Gracias a que las hojuelas de avena contienen una gran cantidad de aminoácidos esenciales, uno de los principales beneficios es el fortalecimiento del sistema inmunológico y el buen funcionamiento de las necesidades básicas del cuerpo, por lo tanto, es beneficioso para el consumo continuo.
Este alimento no tiene toxinas o contraindicaciones generales; todo lo contrario, es una de las principales recomendaciones de los médicos para una dieta saludable.
Sin embargo, según Maren Torheim, autora del libro Comer sano para adelgazar y citada por el portal El Observador, no se trata de consumirla en exceso, sino que debe hacerse con moderación y la porción recomendada es de una taza o un plato sopero al día.
Al contribuir a la buena evacuación del intestino, consumirla en exceso puede generar un aumento en el volumen de las evacuaciones así como gases, lo que puede resultar incómodo para quien lo consume.
Además, es importante tener en cuenta que si bien la avena en su forma natural no contiene gluten, cuando ha sido manipulada por fábricas o procesadores y comercializadores del producto estos pueden agregarle gluten, así que los alérgicos o personas con celiaquía (enfermedad autoinmune que daña el revestimiento del intestino delgado y que se produce por el consumo de gluten en cualquier cereal) deben verificar primero que sea natural y libre de este.