La avena es un cereal que tiene nutrientes importantes para el organismo, como calcio, zinc, cobre, fósforo, hierro, magnesio, potasio, sodio y vitaminas B1, B2, B3, B6 y E.
“Los productos de avena contienen altos niveles de fibra. Los alimentos ricos en fibra soluble pueden incluirse como parte de una dieta baja en grasas y en colesterol para prevenir las cardiopatías. La investigación muestra que una persona debe ingerir al menos 3.6 gramos de fibra soluble por día para reducir el riesgo de tener cardiopatías”, de acuerdo con Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos.
Asimismo, reveló que este cereal podría ayudar a bajar el colesterol y los niveles de azúcar en la sangre y a controlar el apetito al producir una sensación de saciedad.
De hecho, la Administración de Medicamentos y Alimentos, que es la agencia del gobierno de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) recomienda consumir aproximadamente 3 gramos de fibra soluble diarios para bajar los niveles del colesterol.
Sin embargo, esta recomendación no está de acuerdo con los resultados de los trabajos de investigación, pues según los estudios clínicos se necesitan por lo menos 3.6 gramos de fibra soluble diarios para bajar el colesterol.
De igual forma, el salvado de avena podría funcionar mediante el bloqueo, en el intestino, de la absorción de las sustancias que contribuyen a las enfermedades cardiacas, al colesterol alto y a la diabetes.
Además, Quaker España señaló que la avena tiene folato, ácido fólico o vitamina B9 y esto contribuye a la formación normal de sangre, a la síntesis de aminoácidos, a la función psicológica y a la función normal del sistema inmunológico.
Adicionalmente, informó que tiene tiamina, también conocida como vitamina B1, y esta contribuye a un metabolismo energético normal, así como al funcionamiento normal del sistema nervioso, la función psicológica y la del corazón.
Asimismo, posee hierro y este mineral es fundamental en nuestro organismo que contribuye a la formación normal de glóbulos rojos, a la función cognitiva, al transporte de oxígeno por el cuerpo y a la función normal del sistema inmunológico.
Por su parte, de acuerdo con el estudio Potential Health Benefits of Avenanthramides of Oats, publicado por Nutrition Reviews, cuando se incorpora la avena en la dieta habitual, el organismo puede experimentar muchos cambios positivos, entre ellos regular el trabajo en el tracto intestinal.
De igual forma, según el estudio referido, la avena es rica en antioxidantes, por lo que no solo combate la oxidación celular, sino que ayuda y genera un efecto regulador en la presión arterial.
Otro de sus beneficios es que ayuda a la absorción de ácidos biliares que se generan en el sistema digestivo, haciendo que este se esfuerce menos en procesar los alimentos, lo que ayuda a que se liberen menos ácidos en la cavidad gástrica y se evite la irritación en las paredes del estómago.
Dicho lo anterior, el portal Mejor con Salud reveló cómo cocinar la avena para disfrutar de sus propiedades y lo que se debe hacer es remojar el cereal antes de cocinarlo. Además, al momento de prepararlo lo recomendado es cocinarla con leche para incrementar las propiedades y se necesiten entre 8 y 10 minutos para que el alimento esté listo para servir.
Sin embargo, la avena puede producir gas intestinal e hinchazón y, para minimizar los efectos secundarios, las personas pueden empezar con una dosis baja y aumentar lentamente a la cantidad deseada. Esto porque el cuerpo se acostumbrará al salvado de avena y los efectos secundarios desaparecerán, pues este, junto con la avena integral, son probablemente seguros para la mayoría de las personas cuando se la usa en cantidades alimentarias, de acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos.