La avena es uno de los cereales más completos y que aporta grandes beneficios a la salud. Le brinda al organismo hidratos de carbono de absorción lenta, fibra, proteínas y minerales como el magnesio, hierro, cobre, zinc, además de vitaminas del grupo B y pequeñas cantidades de calcio y ácido fólico.
De acuerdo con la Fundación Española de la Nutrición (FEN), la avena es un cereal de la familia de las gramíneas cuyas semillas son ricas en proteínas, vitamina E y del complejo B como tiamina, riboflavina, vitamina B6 y ácido fólico, ácido fítico, fibra, betaglucanos, zinc, calcio, hierro, fósforo, magnesio, grasas insaturadas o “grasas buenas”. Además, es una gran fuente de antioxidantes.
En cualquiera de sus presentaciones, este alimento es clave en la alimentación e incluir una porción diaria es recomendable para todas las personas. En el caso particular de la avena cruda, puede ayudar a bajar el colesterol malo, controlar los niveles de azúcar en la sangre y bajar la presión arterial.
También ayuda a regular los movimientos intestinales y mantener el peso adecuado, información que corrobora un estudio publicado por la Universidad de Oxford en la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Es una fuente importante de carbohidratos, que le brindan energía suficiente a aquellas personas que se dedican al deporte. Promueve la salud de los nervios y se lo considera uno de los alimentos más importantes para la longevidad, ya que sus fitonutrientes y ácidos grasos le permiten al cuerpo luchar contra las enfermedades crónicas.
En la lista de propiedades de la avena cruda se encuentra su poder antidepresivo y consumir avena regularmente ayuda a reducir la fatiga. Por otra parte, los beta-glucanos que contiene este alimento ayudan a engrosar los músculos del corazón, minimizando el riesgo enfermedades cardíacas. La avena cruda también tiene propiedades antifúngicas y reduce el riesgo de padecer diabetes del tipo 2.
La avena entera es rica en antioxidantes y compuestos vegetales beneficiosos llamados polifenoles y una de sus características principales es que contiene un grupo único de antioxidantes denominados avenantramidas, que ayudan a reducir los niveles de la presión arterial al aumentar la producción de óxido nítrico. Esta molécula de gas ayuda a dilatar los vasos sanguíneos y conduce a un mejor flujo sanguíneo.
Según el portal Salud 180, al remojar la avena en agua o leche de almendras, permite que sea más digerible y que se puedan absorber de una mejor manera todos sus nutrientes, así como los que la persona consume en otros alimentos después de comer avena.
Un estudio publicado en la revista Nutrition Reviews, sugiere que consumir avena en agua una hora antes de ingerir alimentos puede ayudar a reducir los niveles de glucosa en la sangre de manera significativa, ya que al absorberse los alimentos lentamente evita que el cuerpo secrete mucha insulina en periodos cortos de tiempo.
Por otro lado, consumir avena durante la mañana ayuda a aumentar la masa muscular en caso de hacer ejercicio, ya que es una buena fuente de carbohidratos y proteínas que son requeridos por el cuerpo, además de realizar actividad física.
Según una publicación de la revista Muy Interesante, la avena también actúa como probiótico, gracias a que los betaglucanos son fermentables, por lo que actúan en el intestino, alimentando a las bacterias buenas que viven allí y mejorando la salud de la microbiota.
Es buena para la digestión. Dado su alto contenido de fibra, las personas que sufren de estreñimiento encuentran en este alimento uno de sus mejores aliados. La avena ayuda con el tránsito intestinal y con la digestión de los alimentos.
Por último, previene el hipotiroidismo y ayuda con la bronquitis. La avena contiene yodo, un mineral que hace la tiroides funcione como debe. Adicionalmente, este cereal posee propiedades mucolíticas y expectorantes, por lo que puede resultar de gran ayuda en casos de bronquitis.
Para consumir la avena cruda se puede remojar desde la noche anterior. Se pone media taza de avena en un vaso, se llena de aguda, se pueden agregar dos cucharadas de yogur griego, se revuelve, se tapa y se mete al refrigerador. Se deja reposar durante la noche y al otro día se le pueden agregar fresas y un poco de miel y queda lista para consumir. También se puede ingerir solo la avena con el agua.