El cerebro es como una computadora que controla las funciones del organismo y el sistema nervioso, y es como una red que envía mensajes a las partes del cuerpo, de acuerdo con el portal educativo KidsHealth.

Por su parte, la ayahuasca es una bebida es usada originalmente por los chamanes indígenas con fines de comunicación espiritual, experiencias mágicas, sanación y rituales religiosos en varios países de América del Sur, según el portal de búsqueda de información de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

No obstante, esta bebida fue estudiada por científicos de España y descubrieron que contenía harmina y tetrahidroharmina los cuales estimulan el cerebro y, el portal VIX, citó el estudio y aseguró que estos componentes “estimulaban la neurogénesis (nacimiento de nuevas neuronas) en cerebros adultos”.

Sin embargo, existen otros hábitos que ayudan a regenerar las células del cerebro como realizar actividades nuevas, cepillarse los dientes con la mano contraria a la que usa, tomar calles nuevas para ir al trabajo o al colegio, aprender nuevos idiomas, tocar algún instrumento, cocinar, entre otras, ya que esto hará que la memoria del cerebro se active.

Otra recomendación es realizarse preguntas cuyas respuestas se deban investigar como, por ejemplo, cuál es la capital de un país, cuánto viven las hormigas, cuál fue la primera canción de un artista, entre otras.

Además, es ideal memorizar números telefónicos o direcciones, porque esto ejercitará la memoria y con esto se incrementa la capacidad mental. También, es recomendable tener pensamientos positivos, porque la depresión, la tristeza y el estrés no le permiten funcionar de forma adecuada al cerebro.

Otra recomendación es evitar fumar, pues esto altera el aumento del flujo sanguíneo cerebral. Asimismo, es ideal mantener una alimentación balanceada y nutritiva que contenga hidratos de carbono, ácido grasos esenciales, proteínas, vitaminas y minerales.

Los hidratos de carbono provienen principalmente de cereales integrales, frutas, verduras y legumbres (frijoles, lentejas, habas, garbanzos, alubias), los ácidos grasos que necesita el cerebro son el omega-6 que se encuentran en semillas y aceites vegetales como el de girasol y omega-3 que se encuentran en el aceite de soja, nueces, almendras, aceite de germen de trigo y linaza, pescado azul, aceite de oliva, entre otras.

De igual forma, las vitaminas ideales son las del complejo B, y los minerales (Magnesio, Manganeso, Zinc), que se pueden encontrar en los granos enteros (avena, cebada, centeno etc.), vegetales, plátano, hojas verdes, nueces, semillas y frutas secas.

Sobre la misma línea es recomendable realizar ejercicio, ya que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la actividad física tiene importantes beneficios para la salud del corazón, el cuerpo y la mente. Además, al hacer ejercicio se liberan endorfinas, las cuales mejoran el ánimo y reducen el estrés lo cual es beneficioso, pues el estrés es “uno de los causantes de la degeneración neuronal, según una investigación publicada por Cellular Signalling”.

De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que las personas con un nivel insuficiente de actividad física tienen un riesgo de muerte entre un 20 % y un 30 % mayor en comparación con las personas que alcanzan un nivel suficiente de actividad física.

También, la actividad física regular puede mejorar el estado muscular y cardiorrespiratorio; mejorar la salud ósea y funcional; reducir el riesgo de hipertensión, cardiopatías coronarias, accidentes cerebrovasculares, diabetes, varios tipos de cáncer (entre ellos el cáncer de mama y el de colon) y depresión; reducir el riesgo de caídas, así como de fracturas de cadera o vertebrales, y ayudar a mantener un peso corporal saludable.

Hay que señalar que el cerebro representa menos del 2 % del peso de una persona, este es el responsable del gasto de la quinta parte de la energía que produce el cuerpo y para que funcione correctamente necesita oxígeno y glucosa, y estos nutrientes los recibe de los vasos sanguíneos que transportan la sangre.