Bajar de peso es el objetivo de muchas personas y para lograr ese propósito los expertos aseguran que es clave tener un déficit calórico, que es cuando las personas consumen menos calorías que las que gastan en el día a día.

Además, la alimentación debe estar combinada con un aumento en la actividad física y la recomendación es hacer al menos 150 minutos de actividad aeróbica moderada o 75 minutos de actividad aeróbica intensa a la semana, o una combinación de actividad moderada e intensa, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

No obstante, la alimentación y el ejercicio pueden estar combinados con recetas caseras que ayuden con la limpieza del organismo como, por ejemplo, consumir en las mañanas 100 gramos de linaza mezclada con 10 gramos de clavos secos, según recomendó el portal Consejos y Trucos.

La sugerencia del portal es consumir la mezcla en las mañanas por tres días seguidos. Después, descansar tres días y retomar y al mes de estar consumiendo la linaza con los clavos el cuerpo estará libre de parásitos y, adicional, se habrán reducido unos kilos; pero hay que señalar que la mezcla no hace milagros y por ello debe estar acompañada de una dieta saludable y baja en calorías.

¿Qué es una dieta saludable?

Una alimentación balanceada y saludable debe incluir, frutas, verduras, proteínas, grasas, carbohidratos y todos los nutrientes que el cuerpo necesita. Sin embargo, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la composición exacta de una alimentación variada, equilibrada y saludable estará determinada por las características de cada persona (edad, sexo, hábitos de vida y grado de actividad física), el contexto cultural, los alimentos disponibles en el lugar y los hábitos alimentarios. Por ello es importante consultar a un experto de la salud para que indique qué es lo más aconsejado para cada persona.

No obstante, las recomendaciones básicas de la OMS son:

  • Al menos 400 g (cinco porciones) de frutas y hortalizas al día, excepto papas, batatas, mandioca y otros tubérculos feculentos.
  • Menos del 30 % de la ingesta calórica diaria procedente de grasas. Las no saturadas (presentes en pescados, aguacates, frutos secos y en los aceites de girasol, soja, canola y oliva) son preferibles a las saturadas (presentes en la carne grasa, la mantequilla, el aceite de palma y de coco, la nata, el queso, la mantequilla clarificada y la manteca de cerdo), y las grasas trans de todos los tipos, en particular las producidas industrialmente (presentes en pizzas congeladas, tartas, galletas, pasteles, obleas, aceites de cocina y pastas untables) y de rumiantes (presentes en la carne y los productos lácteos de rumiantes como vacas, ovejas, cabras y camellos). La OMS sugirió reducir la ingesta de grasas saturadas a menos del 10 % de la ingesta total de calorías, y la de grasas trans a menos del 1 %. En particular, las grasas trans producidas industrialmente no forman parte de una dieta saludable y se deberían evitar.