Diferentes estudios han demostrado la importancia de realizar ejercicio con regularidad, pues se han evidenciado los numerosos beneficios que este puede traer a la salud física y mental.

No obstante, muchas personas realizan ejercicio con el principal objetivo de quemar calorías y bajar de peso, pero muchos se desaniman, pues no ven los resultados rápidamente.

Y aunque es importante tener presente que los resultados se ven con constancia y una alimentación balanceada, existe un ejercicio que ayuda a bajar de peso y quemar calorías en 30 minutos.

En ese sentido, un estudio publicado en la revista PLOS Genetics en agosto de 2019, demostró que trotar regularmente, al menos 30 minutos al día, y tres veces por semana, puede ser el método más eficaz para contrarrestar los genes de la obesidad.

En el estudio se buscó la eficacia que tienen varios ejercicios a la hora de reducir el índice de masa corporal (IMC). Otros que funcionan son escalar montañas, hacer caminatas rápidas, bailar, y realizar extensas sesiones de yoga. Por el contrario, no funciona tanto hacer otras actividades como ciclismo, estiramiento o natación.

Específicamente, en el análisis se señaló que este último, al ser un deporte en el que se tiene contacto con agua fría, puede producir hambre y hacer que las personas coman más.

El ejercicio físico aumenta el poder de la vacuna contra la covid-19, según estudio

Según un nuevo estudio, hacer ejercicio después de la dosis de refuerzo contra la covid-19 o la vacuna de la gripa, ayuda a aumentar el efecto de los biológicos. El trabajo, que utilizó una muestra de 70 personas, fue realizado por científicos de la Universidad del Estado de Iowa, en Ames, quienes observaron el nivel de antígenos después de que los participantes recibieran la vacuna contra la influenza o la dosis de la vacuna de Pfizer contra la covid-19. Los investigadores encontraron que quienes habían hecho ejercicio durante 90 minutos después de recibir el pinchazo producían más anticuerpos que quienes se quedaron en reposo.

La ciencia ya había establecido que hacer ejercicios de brazo antes de recibir la vacuna contra la covid-19 mejoraba los niveles de los antígenos y los de las células inmunológicas especializadas. Por eso, para algunos el resultado de este nuevo trabajo no es extraño.

El valor de este nuevo estudio, según los expertos, es que ofrece el tiempo y el tipo de ejercicio que mejor potencia los efectos de las vacunas. Para saberlo, los expertos reclutaron a un grupo de personas que iban a recibir el biológico contra la influenza o la covid-19 que participaran en su investigación. Antes de recibirlos les tomaron muestras de sangre para analizar sus niveles de antígenos. Tras la inoculación, los expertos invitaron al azar a algunos a sentarse, mientras que a otros les pidieron que hicieran ejercicio durante 90 minutos.

El tiempo es importante porque se sabe que demasiada actividad física puede ser perjudicial para la salud. El lapso de 90 minutos se escogió porque existe evidencia previa que sugería que, con ese tiempo, se lograba aumentar el interferón alfa en la sangre, y eso estimula la creación de células inmunitarias. En efecto, los expertos encontraron que quienes hicieron ejercicio después de recibir la inyección durante ese lapso produjeron más antígenos que quienes permanecieron en reposo.

Aunque la muestra usada es muy pequeña, se trata de una noticia fabulosa para todos aquellos que están recibiendo por estos días la dosis de refuerzo de la vacuna contra la covid-19. Pero también, como lo mencionó The New York Times, porque confirma una vez más que el ejercicio es el mejor medicamento para prevenir infecciones o para hacerlas menos severas en caso de que sucedan.

Un ejemplo que muestra lo anterior es un estudio publicado el año pasado en el British Journal of Medicine. En este artículo, los científicos de la Universidad de San Diego encontraron que en una muestra de casi 50.000 personas de California que desarrollaron covid-19, los que habían hecho ejercicio antes de su diagnóstico tuvieron la mitad de riesgo de terminar hospitalizados y con enfermedad severa, frente a aquellos que tuvieron covid-19 y raramente entrenaban. Ante ese hallazgo, los expertos recomendaron a los gobiernos incentivar la actividad física como estrategia de salud pública para mejorar las posibilidades de la población en caso de sufrir de covid-19.

Pero también se sabe, gracias a otros trabajos, que estar en buena forma física y ser activo ayuda a proteger de los resfriados, gripas y otras infecciones respiratorias. Y si la persona llega a enfermar por estos virus respiratorios, las posibilidades de que la infección sea menos severa, como sucedió en el estudio en California, aumentan entre los que están bien acondicionados.

En 2020 se estableció mediante una investigación que los atletas que recibieron la vacuna contra la influenza en medio de su entrenamiento, tuvieron más antígenos y células inmunológicas que el grupo control, constituido por jóvenes que gozaban de buena salud, pero que no estaban entrenando para competencias deportivas.

Una vez más, la recomendación final es hacer ejercicio, porque la actividad física ayuda a gozar de buena salud de muchas maneras. Y la más reciente, como en la covid- 19, que es la infección que durante dos años ha determinado parte de la vida de quienes caminan sobre la tierra.

(El artículo esta disponible en Brain, Behavior, and Immunity).