A las bajas de azúcar en la sangre se les conoce como hipoglucemia y se trata de una afección que puede resultar peligrosa. Es un padecimiento que normalmente se da en personas con diabetes que toman medicamentos para aumentar los niveles de insulina en el cuerpo o también en aquellas que enfrentan otras enfermedades o tienen problemas hormonales.
Según el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de los Estados Unidos, para muchas personas con diabetes tener un bajón de azúcar significa una lectura de glucosa en la sangre inferior a 70 miligramos por decilitro de sangre (mg/dl).
“El número podría ser diferente para cada persona, por lo tanto, cada quien debe consultar con su médico o equipo de cuidados de la salud para saber cuándo se considera que tiene una concentración baja de glucosa en la sangre”, precisa la mencionada fuente.
Las personas que tienen mayor probabilidad de presentar hipoglucemia son aquellas que padecen de diabetes tipo 1, que toman insulina u otros medicamentos para la diabetes, tienen más de 65 años, han tenido concentraciones bajas de glucosa en la sangre en otras oportunidades o poseen diversas afecciones de salud como enfermedad del riñón, molestias cardíacas o deterioro cognitivo.
Los principales síntomas de que la glucosa puede estar en niveles peligrosamente bajos son: hambre, temblor, mareos, confusión, dificultad para hablar, sensación de ansiedad o debilidad, de acuerdo con información de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
De igual forma, esta situación se puede evidenciar en visión borrosa, ritmo cardíaco acelerado, cambios repentinos de humor, nerviosismo repentino, fatiga inexplicable, piel pálida y dolor de cabeza, indica el portal Healthline.
En las personas diabéticas, la hipoglicemia suele ser un efecto secundario de los medicamentos que toman para mantener regulada la diabetes, mientras que en quienes no padecen esta enfermedad las causas de azúcar baja en la sangre incluyen medicamentos o padecimientos de salud, problemas con las hormonas o enzimas y la presencia de tumores. Los análisis de laboratorio pueden ayudar a encontrar la causa y el tratamiento depende de lo que esté originando el azúcar bajo.
¿Qué se debe hacer cuándo se baja el azúcar?
Expertos de la Clínica Universidad de Navarra, de España, indican que cuando esta situación se presenta se debe reaccionar de manera rápida. Una de las formas de hacerlo es tomar azúcares rápidos; por ejemplo, medio vaso de zumo o de refrescos azucarados o cualquier cosa con azúcar que permita subir rápidamente los niveles, sugiere el doctor Javier Escalada, director del Departamento de Endocrinología y Nutrición de esta institución clínica.
“El siguiente paso es completar la regla del 15. Se llama así al periodo que engloba desde la sospecha en la baja del azúcar, hasta la confirmación de que los niveles se han restaurado”, explica.
La información de esta fuente indica que luego de la ingesta de glucosa, se aconseja realizar una segunda medición a los 15 minutos que verifique su efecto. Si para ese momento los niveles de la glucosa ya se encuentran por encima de los 70 mg/dl, la recomendación es que la persona consuma un carbohidrato de absorción lenta, como un bocadillo, para evitar que vuelva a bajar.
En caso de que los niveles yo no hayan subido como se espera, el paciente debe tomar otros 15 gramos de azúcar rápido con el fin de incrementar los niveles de glucosa y de esta forma evitar mayores complicaciones en el organismo.
Cuando los niveles de azúcar en la sangre son tan bajos, se puede presentar una neuroglucopenia, en la cual se afecta el sistema nervioso central. “El paciente puede padecer desorientación, comportamientos anómalos y, en las situaciones más avanzadas y graves, convulsiones o un coma”, precisa la Clínica Universidad de Navarra.
Hay casos en los que, según los especialistas, se debe prestar especial atención, pues es posible que los bajones de azúcar se presenten sin que haya síntomas, lo cual puede ocurrrir en pacientes que llevan muchos años con diabetes y en los que ese sistema de alerta se deteriora. Por esta razón, se deben realizar mediciones permanentes que permitan determinar cambios o afectaciones en el comportamiento de la glucosa.