Uno de los licores que mejor combinan con las comidas es el vino. De acuerdo con Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, el vino tinto, con moderación, ha sido considerado como “saludable” para ciertos aspectos para la salud como el corazón.
Por lo anterior, alrededor del mundo esta bebida alcohólica es ampliamente consumida. En los últimos años, la ciencia ha indicado que esta bebida podría ser buena dados sus efectos antioxidantes, antiinflamatorios y reguladores de lípidos.
Existe una gran variedad de vino entre los que destacan el tinto, el blanco y el rosado. Cada uno de los anteriores se produce con materia prima distinta y por lo tanto, sus propiedades curativas pueden cambiar.
Así mismo, el portal especializado Mejor con Salud explicó que, si se consume una copa de vino al día, se podrían dar los siguientes beneficios en el organismo:
1. Disminuye el efecto del cigarrillo: el tabaco puede generar daños en los vasos sanguíneos. El vino puede ayudar a contrarrestar dicho efecto actuando como un vasodilatador y relajando dichas partes del cuerpo.
2. Efectos anticoagulantes y antitrombóticos: quienes consumen vino esporádicamente logran aumentar en el interior la cantidad de proteínas fibrinógenas, precursoras de la fibrina, la cual, es responsable de la formación de los coágulos de sangre que ayudan, por ejemplo, a sanar heridas.
3. Reduce el riesgo de fallecimiento: diversas investigaciones del contienen europeo afirman que el consumo de máximo 32 gramos de alcohol por día tiene un efecto de protección sobre la salud humana. Por lo que se evitan varias causas de mortalidad.
4. Previene enfermedades cardiovasculares: según el instituto Mayo Clinic, el alcohol y ciertas sustancias en el vino tinto pueden ayudar a prevenir la enfermedad de las arterias coronarias, la afección que lleva a que se produzcan los ataques cardíacos.
5. Previene la aparición de aterosclerosis: algunos estudios ha mostrado que el vino tinto, en particular, contiene flavonoides, unos compuestos que actúan como antioxidantes y contribuyen a reducir el riesgo de aterosclerosis (estrechamiento de las arterias) y a mantener la flexibilidad de los vasos sanguíneos.
Cabe resaltar que, según reseña la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, las guías de alimentación para ese país recomiendan que quienes toman alcohol lo hagan con moderación, siempre y cuando dicho consumo “no signifique un riesgo para ellos ni para otros”.
Vale mencionar que la recomendación médica reitera que el consumo de alcohol debe ser moderado. Además, ante las dudas, lo más recomendable es acudir a un especialista de salud para evaluar la situación particular de cada persona.
En contraste con los estudios que sugieren beneficios para la salud del consumo de alcohol, especialmente del vino, otras investigaciones han demostrado que, aunque consumir un poco de alcohol puede reducir el riesgo de infarto de miocardio, “los perjuicios para otras enfermedades son mayores”, según recoge el portal El Español.
De acuerdo con el medio, investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), el Hospital La Paz de Madrid, el CIBERESP y el IMDEA-Alimentación estudiaron a más de 2.000 personas mayores de 65 años que bebían alcohol o eran exbebedores y recogieron datos sobre su consumo de alcohol a lo largo de la vida, los cambios en su estilo de vida, enfermedades, etc.
En sus hallazgos, los autores identificaron que en las personas sanas (sin diabetes ni enfermedad cardiovascular), el consumo de alcohol aumentó en un 2,7 % a los niveles de GDF-15 (un biomarcador de carga de enfermedad crónica que se encuentra elevado cuando existen enfermedades), resume El Español.