El talón es la parte posterior del pie. Con alguna frecuencia esta área se agrieta como consecuencia de la resequedad; sin embargo, esta situación puede volverse un problema más grave si no se trata de manera adecuada, precisa el instituto de investigación Mayo Clinic.
Suele ocurrir cuando la piel que rodea los talones se reseca, no se hidrata adecuadamente y recibe la presión del cuerpo sobre ella. En casos menores, este problema también puede indicar deficiencia de zinc y de ácidos grasos omega-3, indica una publicación de la revista Mejor con Salud.
Los especialistas aseguran que la mejor forma de protegerlos y cuidarlos es humectándolos al menos dos veces al día y una de ellas puede ser en la noche antes de ir a dormir. Mayo Clinic aconseja que se remojen los pies alrededor de diez minutos en agua sola o con jabón y luego se sequen con golpecitos.
Los talones agrietados se caracterizan porque afectan especialmente la capa externa de la piel, aunque a veces puede penetrar profundamente a nivel de la dermis y generar un dolor significativo.
Las causas
Las causas para que una persona tenga esta molestia pueden ser variadas y la más importante es la falta de hidratación. Algunas enfermedades como diabetes, así como la diálisis, la quimioterapia o la radioterapia, también pueden hacer que la piel se deshidrate con más facilidad.
Otra de las razones es el uso de un calzado inapropiado. Lo aconsejable es utilizar zapatos amplios, con buena amortiguación y que no tengan mucho tacón, para evitar que la zona sufra presiones y se reseque en exceso.
La alimentación es otro aspecto que juega un papel determinante, así como el consumo de tabaco. Este hábito reseca la piel, ya que la nicotina reduce el flujo sanguíneo y provoca una falta de nutrientes y oxígeno en el torrente sanguíneo.
Remedios caseros
Para hacerle frente a este padecimiento es posible recurrir al uso de algunos remedios caseros. El bicarbonato es uno de ellos. Mejor con Salud indica que este producto cuando se usa en la piel tiene propiedades antifúngicas y antiinflamatorias. Funciona además como exfoliante.
Para aprovechar sus beneficios lo que se debe hacer es lo siguiente:
- Poner media taza de bicarbonato en un recipiente con agua tibia.
- Remojar los pies de 15 a 20 minutos, dos veces al día.
- Con suavidad, pasar una piedra pómez por la parte afectada.
- Enjuagar con agua fresca.
- Repetir el procedimiento dos veces por semana.
Otra opción es el aceite de oliva. Para eliminar los talones partidos con este producto se aplican entre dos y tres cucharadas del mismo, en el área afectada antes de acostarse. Se deja que el aceite actúe durante toda la noche.
Otras alternativas naturales
Una alternativa más es el limón y la glicerina: este tratamiento natural ayuda a eliminar la resequedad. Para ello se debe verte en un recipiente grande una buena cantidad de agua caliente, sal, glicerina, jugo de limón y agua de rosas. Luego, se sumergen los pies de 15 a 20 minutos. Se utiliza una piedra pómez para ablandar la piel reseca de los talones y facilitar la eliminación de durezas.
También se puede preparar la mezcla solo con glicerina, jugo de limón y agua de rosas, y aplicarla directamente sobre la piel endurecida de los talones. Colocarse unas medias y dejarlo actuar toda la noche. Mejor con Salud, indica que lo ideal es repetir el tratamiento cuatro o cinco días seguidos.
Un remedio más es una mezcla de plátano y aguacate. Estos productos ayudan a hidratar, suavizar y mejorar la apariencia de los talones agrietados. Solo se debe preparar una pasta con un plátano y un aguacate maduros, aplicarla y dejarla actuar durante media hora, y luego retirarla con suficiente agua.
Es aconsejable prestarles atención a los talones agrietados y secos, ya que con el tiempo se pueden desarrollar fisuras más profundas, que aumentan el riesgo de infección. Si las medidas de autocuidado no ayudan, es importante consultar con el especialista para obtener un tratamiento.