El boldo es una planta tipo arbusto utilizada de manera medicinal por las comunidades indígenas y que se encuentra con facilidad en supermercados y tiendas naturistas. Según Salud Mapfre, la forma más frecuente de tomar el boldo es en infusión, aunque también se encuentra en polvo, cápsulas, jarabe o extracto hidroalcohólico.

Esta planta es usada comúnmente para tratar problemas digestivos y a nivel hepático gracias a sus propiedades antiinflamatorias, colagogas y colertéticas.

Coleréticas: Ayuda a estabilizar la vesícula y el hígado, debido a que genera la producción natural de bilis, y como resultado favorece la digestión.

Colagogas: Evita que se obstruya la vesícula biliar, eliminando toxinas, barro y cálculos biliares.

Antiinflamatorias: Un hígado graso inflama los tejidos blandos y el boldo por sus propiedades lo desinflama como consecuencia de la limpieza que realiza en el organismo.

La conjunción de estas propiedades ayuda a mejorar y proteger al hígado, uno de los órganos más importantes del cuerpo humano, debido a que incluye entre sus funciones purificar la sangre eliminando toxinas, facilitar la absorción de determinados nutrientes o fabricar bilis, una sustancia que sirve para facilitar la digestión de las grasas. Por eso, es muy importante mantenerlo sano y, con ello, evitar multiplicidad de afecciones, como su inflamación.

Esta situación, por lo general, es signo de un problema de base como alguna enfermedad hepática o insuficiencia cardiaca. Según los expertos, el término médico que se usa para esta afección es hepatomegalia, enfermedad que, de acuerdo con el portal especializado Mayo Clinic, puede presentar síntomas como dolor abdominal, cansancio, náuseas, vómito y color amarillento en la piel y la parte blanca de los ojos.

Por su parte, el portal Mejor con Salud presenta cuatro infusiones naturales para combatirlo y la primera es la de menta y boldo, ya que estas dos plantas tienen propiedades digestivas y diuréticas. Además, el portal citó un estudio de la Universidad King Khalid (Arabia Saudí) que revela que tienen propiedades hepatoprotectoras. Para preparar la infusión se debe hervir una taza de agua, a la que se añade una cucharadita de hojas de menta y una cucharada de hojas de boldo. Se deja reposar por dos minutos y se consume en ayunas durante tres semanas.

La segunda recomendación es la infusión de alcachofa, pues tiene propiedades que ayudan a eliminar el exceso de grasa en el cuerpo; para preparar la infusión solo se debe hervir una taza de agua y se agrega una alcachofa. Después se deja reposar por tres minutos y se consume una taza antes de cada comida principal.

La siguiente sugerencia es la infusión de diente de león por sus propiedades digestivas y antiinflamatorias y para obtener los beneficios se debe hervir un vaso de agua y añadir una cucharada de diente de león. Se toman dos o tres tazas de infusión durante dos semanas seguidas.

La cuarta opción para combatir el hígado graso es la infusión de semillas de hinojo, porque estas tienen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Además, un estudio de la Universidad Umm Al-Qura (Arabia Saudí) y citado por el portal argumenta que “ayudan a reducir la acumulación de lípidos”.

Se debe hervir una taza de agua y agregar una cucharadita de semillas de hinojo; se toman dos tazas de infusión al día, mínimo tres semanas, para obtener los beneficios.