Desde hace muchos años, la toxina botulínica o bótox, como se le conoce comercialmente, es muy utilizada en la cosmética con el fin de eliminar líneas de expresión que se van marcando en el rostro y conseguir un efecto ‘lifting’ para que luzca más firme y lozano.

La toxina botulínica es una neurotoxina elaborada por una bacteria denominada Clostridium botulinum, que una vez que se inyecta en la piel paraliza el músculo e impide que este se contraiga, evitando de esta manera la formación de arrugas.

Según el portal Cuídate Plus, el objetivo de inyectar bótox en la piel permite relajar las fibras de los músculos para disminuir su potencia de contracción. Esto hace que la comunicación con los nervios se corte, de forma que acaba originando una parálisis al no recibir órdenes.

Información de la compañía de salud Sanitas, por su parte, indica que el bótox es bueno porque evita cirugías, se puede aplicar en cualquier época del año, es una técnica prácticamente indolora, sus efectos son inmediatos y se prolongan entre cinco y seis meses y raramente produce efectos adversos, como reacciones alérgicas, rigidez facial o náuseas.

Sin embargo, existen métodos más naturales y caseros que pueden ser usados sin necesidad de recurrir a esta sustancia y a las técnicas requeridas para su aplicación. El bótox casero es una tendencia asiática mediante la cual se realizan mascarillas con ingredientes naturales que tienen un efecto ‘lifting’ en la piel, muy similar a la de la toxina que se inyecta.

Ingredientes ricos en vitamina E

La ventaja de estas mascarillas, es que contienen ingredientes que son ricos en vitamina E, luteína y ácido láctico, entre otros, que ayudan a nutrir la piel y a mantener la elasticidad.

Una de las fórmulas contiene espinacas y col verde. Para su preparación se requiere de 200 gramos de espinacas e igual cantidad de col verde, un cuarto de taza de aceite de oliva extra virgen y una cantidad similar de crema de leche, según indica una publicación de la revista Glamour de México.

Se ponen las verduras en agua hirviendo durante cinco minutos, se retiran del agua y se mezclan bien. Luego se agrega el aceite de oliva y la crema de leche y se juntan todos los ingredientes hasta obtener una mezcla homogénea.

Antes de aplicarla se recomienda lavar el rostro para eliminar cualquier rastro de maquillaje o impurezas de la piel y con la ayuda de un pincel o brocha, se aplica la mezcla empezando por el cuello y hasta cubrir por completo todo el rostro. Se deja actuar por 15 minutos. Pasado este tiempo, se enjuaga con agua tibia hasta eliminar toda la mezcla y se termina con agua fría para cerrar los poros. La mezcla sobrante se puede guardar en un frasco con tapa en el refrigerador y aplicarla una o dos veces por semana.

Otra opción es el bótox casero de maicena. Se necesita media taza de maicena y media taza de agua mineral. Se coloca la maicena en un recipiente y se va agregando el agua poco a poco y se mezclan los ingredientes con la ayuda de una cuchara hasta que se integren por completo.

Se lava el rostro y se aplica la mezcla dando un ligero masaje con la yema de los dedos en forma circular, se deja actuar durante 15 minutos y luego se enjuaga con abundante agua fría o tibia. Se guarda la mezcla en un frasco con tapa y se conserva en el refrigerador. Se aplica la mascarilla una o dos veces por semana.

Una tercera alternativa es la preparación con uvas moradas y vitamina E. Se requiere de un racimo de uvas, fruta que tiene un alto contenido en nutrientes antioxidantes y tres o cuatro cápsulas de vitamina E. Para elaborar esta preparación, se cogen las uvas y se les retiran las semillas, se agregan a la batidora y se procesan hasta formar una pasta. Luego se añade la vitamina E y se procesa de nuevo todo. Con el rostro limpio, se aplica el remedio en la cara y se deja que actúe durante 20 minutos y luego se retira la mascarilla con abundante agua tibia.