Los granos de café, las hojas de té, las nueces de cola –utilizadas para el sabor de las bebidas de cola– y las vainas de cacao son algunas de las 60 plantas que contienen cafeína de forma natural. Se trata de una sustancia que es de sabor amargo.

Así como se encuentra cafeína de origen natural, hoy por hoy se encuentra la cafeína sintética, la cual es añadida a algunos alimentos, bebidas –como los energizantes– y medicamentos –algunos analgésicos, píldoras para la concentración y antigripales–.

De acuerdo con MedlinePlus, un servicio de información en línea provisto por la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, “la mayoría de la cafeína que consumen las personas proviene de las bebidas”.

En ese sentido, explica que las cantidades de cafeína en diferentes bebidas pueden variar mucho, pero generalmente una taza de café de ocho onzas puede contener entre 95 y 200 miligramos (mg) de cafeína; una lata de bebida cola de 12 onzas, 35 a 45 mg; una bebida energética de ocho onzas, 70 a 100 mg; una taza de té de ocho onzas, 14 a 60 mg.

El servicio informativo de salud norteamericano explica que la cafeína tiene muchos efectos sobre el metabolismo del cuerpo. El más conocido es que con su consumo, la cafeína tiene la capacidad de estimular el sistema nervioso central, lo que puede hacer que la persona se sienta más despierta, aumente su estado de ánimo y le dé un impulso de energía. Todos estos efectos en el sistema nervioso son de carácter temporal.

También es considerada como un potente diurético natural, ayuda al organismo para que se deshaga del agua y de la sal extra al orinar más. Asimismo, puede interferir con la absorción de calcio en el cuerpo, aumentar la presión arterial y la liberación de ácido en el estómago.

“La cafeína alcanza su nivel máximo en la sangre dentro de una hora después de consumirla. Usted puede seguir sintiendo los efectos de la cafeína por cuatro a seis horas”, explica MedlinePlus.

Como todo en exceso, el consumo de grandes cantidades de cafeína puede ser perjudicial para la salud. Inquietud y temblores, insomnio, dolores de cabeza, mareos, ritmo cardíaco rápido o anormal, deshidratación, ansiedad o generar dependencia a esta sustancia, son algunos de los efectos secundarios que puede generar en el organismo. El sitio aclara que algunas personas son más sensibles a los efectos de esta sustancia que otras, de hecho, en la mayoría de las personas, no es dañino consumir hasta 400 mg de cafeína al día.

Cada organismo es diferente y, en algunas ocasiones, resulta conveniente consultar con el médico de cabecera si se debe limitar o evitar el consumo de cafeína. Frente a este punto, MedlinePlus explica que las mujeres que estén en embarazo deben consultar al médico sobre la ingesta de esta sustancia, pues la cafeína pasa a través de la placenta al bebé. Lo mismo ocurre en el caso de las mujeres que estén amamantando, pues “incluso una pequeña cantidad de cafeína que consuma pasa a su bebé”, señala.

Las personas que tengan problemas del sueño –incluyendo insomnio–, migrañas u otros dolores de cabeza crónicos, ansiedad, reflujo gastroesofágico o úlcera, ritmo cardíaco rápido o irregular o presión arterial alta, también deben consultarlo con un especialista.

Aquellos que consumen ciertos medicamentos o suplementos –incluyendo estimulantes–, ciertos antibióticos, medicamentos para el asma y medicamentos para el corazón, también lo deben hacer. “Consulte con su proveedor de atención médica si puede haber interacciones entre la cafeína y los medicamentos y suplementos que toma”, aconseja el sitio.

Ni los niños ni los adolescentes deben tomar tanta cafeína como los adultos. “Los niños pueden ser especialmente sensibles a los efectos de la cafeína”, concluye.