Con el paso del tiempo las personas empiezan a notar que pierden más pelo de lo normal. El peine se queda lleno e incluso se pueden agarrar más cantidad con las manos. Es un proceso habitual que no debe preocupar, aunque también es importante saber cuándo se debe acudir a un especialista.
Con los años el cuerpo empieza a dar señales de cansancio, y uno de los fenómenos clásicos es la caída del pelo. Sin embargo, es así porque forma parte del proceso de renovación y regeneración natural del pelo. El calor típico, el sudor y la sal estimulan el crecimiento, así que cuando se acercan los momentos en que la melena está en la fase de caída, como nos explica Raquel Saiz de Salón Blue by Raquel Saiz desde Torrelavega, de Cantabria:
“En cada día perdemos entre 80 y 100 pelos, fruto del proceso de crecimiento del cabello, que también cumple con un ciclo de vida, conocido como ciclo del folículo piloso. Así que la caída estacional no debería preocuparnos y menos si hemos comprobado que están naciendo nuevos pelos, lo que demostraría que el ciclo de vida continúa”.
No obstante, no siempre esto se tiene tan claro, ya que a la caída estacional se le pueden añadir otros factores internos que la enfaticen y que, al coincidir con este periodo de caída natural, queden enmascarados. El estrés, algunos medicamentos, el posparto o la anemia pueden también provocar la caída.
“Sin duda, antes de nada, es importante que un profesional revise el cabello, haga un diagnóstico y compruebe que la caída no es excesiva o que haya zonas donde el cuero cabelludo presente huecos claros o calvas. Lo importante para poner remedio es saber qué nos pasa y así tomar las medidas más certeras para corregirlo”, afirma Raquel Saiz.
Es clave no confundir la caída con la pérdida, ya que, aunque los síntomas pueden ser parecidos, no lo son las consecuencias, tal y como nos aclara Raquel, “la caída y la pérdida de cabello pueden despistarnos, pero se deben a causas muy diferentes. Mientras que la caída es un proceso normal en el que el pelo se regenera y vuelve a crecer, la pérdida provoca una reducción del manto capilar porque no se regenera, es decir, no vuelve a nacer, es la famosa calvicie. Por eso, es muy importante acudir a un especialista para determinar un tratamiento adecuado y frenarlo a tiempo”.
Si una persona se encuentra ante una simple caída estacional, no debe alarmarse. Se puede mejorar la situación recurriendo a productos y hábitos que reforzarán el pelo en la fase de regeneración. Otro aspecto fundamental consiste en llevar una dieta equilibrada para evitar un déficit vitamínico, sobre todo de hierro y zinc, dos de los minerales fundamentales para su crecimiento, y aparcar falsos mitos como que el lavado diario del pelo lo debilita.
“Una de las falsas creencias más frecuentes en torno al pelo es el tema del lavado. Un pelo sano es un pelo limpio que lavamos con un champú adecuado a sus necesidades y características. De este modo, eliminaremos del cuero cabelludo secreciones y descamaciones y restos de productos de acabado. Aunque, también, seremos más conscientes de la caída del pelo si estamos en época de caída porque al lavar y cepillar ayudamos a que se desprendan las fibras capilares que están a punto de caer, pero eso no significa que caiga más”, concluye Raquel Saiz.
*Con información de Europa Press.