Los calambres en las piernas son contracciones dolorosas que endurecen los músculos de la pierna, el tobillo o el pie. Estas contracciones suelen ser repentinas e involuntarias y, según la Medline Plus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, ocurren comúnmente después del ejercicio.
Los síntomas de un calambre son, en la mayoría de las ocasiones, dolor repentino, rigidez muscular, dificultad para mover las extremidades y cambios en la calidad de sueño si estos suelen ocurrir en la noche.
Así mismo, Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, explicó que entre las causas de esta molestia están el uso excesivo del músculo afectado, mantenerse en la misma posición por un periodo prolongado, deshidratación, o enfermedades aún no diagnosticadas.
Además, aunque cualquier persona está propensa a sufrir calambres, es más frecuente en adultos mayores, deportistas, aquellas personas con sobrepeso o con patologías como la tiroides, y mujeres embarazadas.
Es posible evitar los calambres en las piernas con hábitos saludables. Incluso, el portal especializado Mejor con Salud listó algunos consejos que funcionan como medidas de prevención contra esta dolorosa molestia.
1. Realizar estiramientos: estirar antes y después de usar cualquier músculo por un período prolongado es clave para evitar los calambres. Si la persona tiene tendencia a tener calambres en las piernas por la noche, es aconsejable efectuar estiramiento antes de acostarse.
2. Seguir una buena alimentación: la alimentación también ayuda a evitar y tratar los calambres, por eso, el portal especializado en salud, Tua Saúde, recomienda incorporar a la dieta productos ricos en calcio, potasio y magnesio. La linaza, el yogur, las sardinas y los frutos secos son algunos de los aconsejados.
3. Hidratarse: el agua es uno de los líquidos aliados para la salud del ser humano. Mantenerse hidratado todo el tiempo y beber suficiente agua es una de las claves para evitar muchas complicaciones, entre esas, la aparición de espasmos musculares.
4. Hacer ejercicio: aunque por recomendación de la Asociación Americana Osteopática se deben suspender aquellas actividades o ejercicios que generen el calambre, también indican que eso no significa eliminarla del todo. Hacer actividad física beneficia de manera integral el cuerpo. Practicar deporte o realizar al menos 30 minutos de ejercicio disminuye el riesgo de que se den calambres.
5. Usar el calzado adecuado: “las mujeres que pasan demasiadas horas en tacones o aquellos individuos que no tienen buen calzado para hacer ejercicio suelen ser los más afectados por los espasmos, debido a que se genera demasiada tensión en ciertos músculos, y estos no resisten”, explica Mejor con Salud. La recomendación es escoger unos zapatos que permitan apoyar bien la planta de los pies.
Cabe resaltar que la ingesta adecuada de nutrientes como las vitaminas y los minerales contribuyen a la prevención de los calambres musculares, ya que, por el contrario, la insuficiencia de estos componentes suelen provocarlos.
Por ello, los expertos de unCOMO explican que, como se mencionó anteriormente, el consumo de alimentos que contengan calcio, sodio, potasio, magnesio y vitamina B12 pueden ser beneficiosos para evitar estos espasmos.
También, la deficiencia de vitamina D puede provocar dolores musculares, calambres e incluso debilidad muscular. Algunos pescados grasos como la trucha, el salmón, el atún y la caballa, así como los aceites de hígado de pescado, se encuentran entre las mejores fuentes naturales de esta vitamina.
Productos como el hígado, la yema del huevo y el queso poseen sumas, aunque mínimas, de vitamina D. Los champiñones aportan algo de este componente y algunos productos lácteos, como la leche de almendra, aportan también vitamina D.